LA COSA NOSTRA

Opinión de Moss Rubgar

El “nuevo PRI”, que ahora va en alianza con el PRD y el PAN, dirigidos por personas como Alejandro Moreno, Claudio X González, Carlos Loret, por mencionar algunos; ellos son  apoyados por medios de comunicación, periodistas, empresarios y gente infiltrada en todos los estratos sociales. Llámense religiosos o de índole activista, han echo de todo menos gobernar y al puro estilo de la mafia, principalmente la italiana; los “grandes políticos”, arrastrados por el Neoliberalismo, movidos por la ambición económica, la sed de poder y su fascismo, hoy se han dejado ver tal cual son y se han topado con un sistema de gobierno liderado por nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador y su proyecto de nación, llamado 4T o Cuarta Transformacion,  que los ha mermado y acorralado poco a poco.  

Con la aparición de una “nueva” élite de poder conocida como “los amos del universo”, que están definiendo el nuevo orden mundial de acuerdo con sus intereses. La existencia de esa “nueva” élite proviene fundamentalmente de las siguientes fuentes originales: 1) hermandades y sectas; 2) líderes corporativos; 3) estrategas intelectuales y militares.

La preeminencia de esa élite, principalmente en occidente, ha generado las principales guerras del siglo XXI por los últimos recursos planetarios desde 1992 hasta el día de hoy: En Medio Oriente, Libia, África y lo más actual, el conflicto de Ucrania. Podemos destacar la importancia de la élite de poder en América Latina describiendo en un cuadro analítico el perfil social y las propiedades de los principales magnates latinos conocidos como los amos de América Latina y, particularmente, la élite en México con su poderosa organización: El Consejo Mexicano de Hombres de Negocios. Podríamos describir brevemente los excesos y excentricidades de los principales hombres más ricos y poderoso del mundo, destacando el costumbrismo de los temidos criminales de cuello blanco y los retos del sistema penal para vigilar y castigar los delitos cometidos en sus ámbitos de acción; pero hoy sólo nos concentraremos en algunas características de estos personajes llamados criminales de cuello blanco en Mexico. 

La primera vez que se presentó el concepto de delito de cuello blanco fue en la Reunión Anual de Diciembre de 1939 de la American Sociological Society con sede en Filadelfia, presentado por Edwin H. Sutherland, definido como aquel ilícito penal cometido por sujetos de elevada condición social en el curso o en relación con su actividad profesional. Este objeto de estudio proviene de la vertiente académica de la Escuela de Chicago sobre la interacción en las ciudades y su complejo sistema penal aplicado de manera diferencial y selectiva entre las distintas capas sociales.

Los criminales de cuello blanco poseen condiciones socioeconómicas elevadas, violan las leyes diseñadas para regular su ocupación profesional y se desenvuelven en grupos sociales superiores a los de la mayoría de la población. No siempre ejercen actos delictivos con metas económicas; muchas veces desean lograr reconocimiento social o por la búsqueda de mayor poder, en este caso en el ámbito político.

El criminólogo alemán Werner Ruther de la Universidad de Colonia, al referirse a la falta de tipificación de ciertos delitos financieros y a las personas que intervienen en las nuevas modalidades delincuencia afirma que:

Se debe modificar la imagen de la criminalidad hasta ahora considerada solamente en relación con la pertenencia a bajos estratos sociales y familias desordenadas, y asociar la criminalidad también a estratos sociales elevados, poniendo en práctica el establecimiento de nuevas normas y como en el caso de los delitos económicos graves, deben ser tipificados en la ley penal y perseguirlos por medio de los fiscales; en este caso, ha sido creada la Unidad de Inteligencia Financiera o UIF.

El contexto social se caracterizaba por una creciente urbanización, desorganización social, racismo y concentración industrial; asimismo, trajo los llamados negocios ilegales como las reformas educativas, energéticas, la propia corrupción administrativa y el crimen organizado.

En el artículo veremos de manera muy breve las características del criminal de cuello blanco, su modus operandi, la composición del crimen organizado en Mexico, los excesos y excentricidades de los más ricos y su vida en algunas ciudades de ensueño, como Las Bahamas, Dubai, Nápoles, Andorra, etc.

El criminal de cuello blanco es desalmado: Planifica sus crímenes en una mesa ejecutiva, en una junta directiva, tiene la capacidad, la inteligencia y la frialdad para desarrollar múltiples estrategias y conseguir sus objetivos al precio que sea, y no duda ni un instante en usar su poder e influencia, para eliminar a sus enemigos. 

Usa la intimidación, el chantaje, la extorsión y el soborno para lograr sus fines. Este tipo de criminal es un individuo que maneja los hilos del poder, compra votos para favorecer partidos, compra políticos para cambiar leyes, soborna funcionarios para obtener contratos.

Los criminales de cuello blanco poseen una carga de conocimiento técnico, teórico, científico y tecnológico que les permite consolidar el control de sus propios intereses. 

Las estructuras que asumen los criminales de cuello blanco son las organizaciones criminales llamadas empresas criminales, donde hacen negocios de manera nociva y perjudicial. La violación de leyes inmersas en el mercado, evasión de impuestos, fraudes millonarios y todo bajo la máscara del servicio y atención al público.

Otro tipo de empresas son las llamadas empresas fachada; que se dedican al “lavado de dinero y activos” provenientes del crimen organizado sea de corte nacional o internacional, como el contrabando y el narcotráfico.

El perfil psicológico de estos criminales cambia notablemente; su fama era pública, ostentaban y disfrutaban de la publicidad. Actualmente, es difícil identificar a un criminal de cuello blanco; hay que descifrar su Modus Operandi, su personalidad, la dimensión de su entorno e impacto de sus actividades; precisar el tipo de crimen que predomina en su actividad delictiva; la temeridad y riesgo con que realiza sus operaciones, la frialdad de sus actos, su círculo social y la edad.

El criminal de cuello blanco posee educación superior, muy ambicioso, y no escatima esfuerzos para ser un líder en su área; se ocupa personalmente de cada detalle y delega funciones con cuidado para que no se cometan errores; es perfeccionista, minucioso, gusta de afrontar situaciones críticas y maneja un bajo perfil para no despertar sospecha.

El criminal de cuello blanco es una figura de reconocimiento internacional, tiene varios rostros y distintos objetivos, pero el fin es el mismo: El lucro. Depende de la organización criminal para el desempeño de sus acciones, pero estas organizaciones no son nuevas, tienen una trayectoria histórica tanto en la economía como en la vida política del país. Estas organizaciones vinculadas con políticas de Estado promueven grandes empresas capitalistas que se dedican a la especulación, el reciclaje de dinero, contrabando de drogas y al uso clientelar de partidos políticos para sus fines dentro de la administración y gestión pública.

Según la Teoría de la Personalidad, las características que presenta la estructura psíquica del delincuente de cuello blanco son:

Un abrazo a la distancia y nos leemos en la próxima.

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