Narrativa falaz

EL PROGRESO”
“En tiempo de los grandes faraones
De las cruces colgaban los ladrones
Y hoy, en el siglo de las luces,
Del pecho del ladrón, cuelgan las cruces.”

Bretón de los Herreros

Cada día que pasa durante el tiempo preelectoral, la narrativa del miedo que ha generado la vileza de la derecha, va dando tumbos y buscando confirmación en hechos que ellos mismos resaltan y que no ocurrían antes de que decidieran implantar el terror en la gente. Mienten y crean sus propias mentiras. 

Ahora incluso, quieren hacer creer que es en los estados que no gobiernan ellos donde se dan los peores casos de violencia de todo tipo; ya se olvidaron de Guanajuato y de las estafas en Chihuahua. 

Es altamente sospechoso que en las entidades donde la inversión pública ha sido mayor durante este sexenio, sean los espacios en los que aparezcan hechos delictivos que los medios tradicionales convierten en escándalos, y que en contraparte, nunca hablen de lo que los martes de cada 15 días se reporta en la Conferencia de Prensa de la Presidencia de la República y que tampoco se les ocurra mencionar cuántos jueces y miembros del Poder Judicial, tanto en sus versiones estatales como federales, liberan a delincuentes o incluso pretenden cancelar la prisión preventiva para liberar a delincuentes, que en la mayoría de los casos, fueron detenidos en flagrancia y que en cambio no sentencien a muchas personas que podrían ser liberadas por la amnistía propuesta desde el Poder Ejecutivo Federal.

Todo esto se parece a un engranaje de reloj suizo, de aquellos que usaban 18 joyas para equilibrar sus maquinarias. Cada pieza juega su papel con cierta precisión y los eventos se suceden justo después de que la propaganda del miedo que utiliza la derecha es acentuada por sus candidatos, esos que están ligados a cárteles de “cuello blanco” o a la probable comisión de delitos durante su tiempo en puestos públicos, o incluso a la concepción de que se es tonto si no se aprovecha tomar lo que hay cuando se puede, aunque esto signifique una terrible falta de honradez y después de honestidad.

Juzgan y culpan de la violencia a los gobiernos emanados de MORENA, pero en mi opinión, son ellos mismos y sus socios del crimen organizado quienes los realizan para sembrar la narrativa que puede sembrar el miedo a la hora de votar. 

El Pueblo de Tamaulipas ya demostró que el terror sembrado por la corrupta derecha mexicana no funciona y que cuando se tiene conciencia y se conoce la verdad, es imposible detener la marcha de las transformaciones. 

Quiero parafrasear con gusto al recién galardonado con el premio Princesa de Asturias de las Artes, Joan Manuel Serrat, cuando dijo en su poema hecho canción “A quien corresponda”,

“…Se sirva tomar medidas
y llamar al orden a esos chapuceros,
que lo dejan todo perdido
en nombre del personal.

Pero hágalo urgentemente
para que no sean necesarios,
más héroes ni más milagros
para adecentar el local.”

Ojalá que en verdad no sean necesarios, pero estoy cierto de que si lo fueran conozco a más de uno que está dispuesto a serlo.

Dicen que la violencia está ligada al Gobierno actual, yo afirmo que eso es una vulgar y vil mentira y que más parece estar ligada a los señores del dinero y a sus servidores, esos que pululan como candidatos de la derecha. 

Resulta inútil decir a qué partido pertenecen estas lacras porque son de la misma calaña y disfrutan de los mismos privilegios, los cuales han arrancado al trabajo de millones de personas en México, tanto por la vía de apropiarse directamente del producto de su trabajo vía salarios bajos, del alza artificial de precios en las tiendas y del saqueo sistemático solapado por el PJ del erario público; su partido no importa, son los esbirros de la oligarquía que sigue intentando sobrevivir y a la que hay que derrotar sin que sea necesaria más sangre, sino a punta de votos. No tomemos el fusil, tomemos el poder por la vía del voto sin miedo, después vendrá lo mejor si no dejamos de luchar.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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