Marko Cortés, líder nacional del PAN, ha desatado críticas por su reciente “turismo político” en Madrid, España, donde se reunió con Edmundo González, excandidato a la presidencia de Venezuela, en un acto que muchos consideran una intromisión en los asuntos de otro país. A pesar de que González reconoció oficialmente la reelección de Nicolás Maduro en Venezuela desde septiembre pasado, Cortés continúa refiriéndose a él como “presidente electo”, e incluso manifestó su respaldo para que González se postule nuevamente.
En redes sociales, Cortés Mendoza compartió una fotografía junto a González, a quien le expresó su “respaldo” y emitió un llamado a la “comunidad internacional” para que intervenga en Venezuela, apelando a la “libertad y democracia” en el país sudamericano. Este gesto se suma a su participación en julio pasado como supuesto observador electoral en Venezuela, en un intento de respaldo a la opositora María Corina Machado para evitar la reelección de Maduro, aunque sin éxito, ya que el actual mandatario fue reelecto con el 51.20% de los votos.
El viaje de Cortés no ha sido del agrade ni de su propia militancia ni de las personas que simpatizan con la derecha, ya que de inmediato le han reclamado que primero debería poner orden al interior de su partido o en su defecto, que mejor ya entregue su renuncia a la dirigencia de Acción Nacional.
Como era de esperarse, igualmente han cuestionado de dónde es que han salido los recursos económicos para que Marko pueda disfrutar de sus viajes , sospechando que todo fue pagado con dinero del erario, por lo que califican al líder del PAN como “una estafa de dirigente” y un “político vividor”.
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