Otro que no perdió la oportunidad para demostrar su falta de amor por México, fue el vendepatrias de Ricardo Anaya, quien ante las amenazas de Donald Trump, prefirió ponerse del lado del presidente electo de EEUU, en lugar de cerrar filas con el Pueblo de México.
La presidenta Claudia Sheinbaum, fue contundente y advirtió que si al inicio de su administración Trump decide aplicar aranceles del 25 por ciento a productos mexicanos, ella responderá con la aplicación de aranceles a los productos gringos.
Anaya casi se vuelve a quedar sin pelo ante las valientes declaraciones de la mandataria mexicana.
Lo que Morena, lo que el régimen no entiende, es que el horno no está para bollos… Entonces están dándole elementos a Trump, jamás me pondré de su lado, estoy del lado de México, pero le están dando elementos para cometer este tipo de barbaridades”, declaró cobardemente el panista, mejor conocido como Ricky Riquín Canallín.
Más tarde durante la votación en el pleno del Senado de las reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, insistió en el tema, dejando en claro que a él lo de defender la soberanía nacional nomás no se le da.
Anaya advirtió que la extinción del corrupto Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), violaba el capítulo 18 del T-MEC firmado con EEUU y Canadá. Algo que al conservador le da mucho miedo, no vaya a ser que le embarguen la casa en la que permaneció escondido durante todo el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
Violar el T-MEC tendrá consecuencias catastróficas”, vaticinó Anaya.
Pidió que por favor no rompamos ninguno de los compromisos adquiridos en el pasado con nuestro vecino del norte, porque de hacerlo, ellos podrían hacer lo mismo.
Y bueno entre tantas quejas y lloriqueos, a Ricardo Anaya nunca se le escuchó promover la unión interna para respaldar a la presidenta de todas y todos los mexicanos, la doctora Claudia Sheinbaum, quien por cierto en la carta que envió a Donald Trump, le invitó muy cordialmente a entablar un diálogo y una reflexión compartidas, pues ella sabe que iniciar una “guerra comercial” no beneficia a nadie, ni de este ni de ese lado de la frontera.
Contrasta la invitación directa, clara y sin sometimientos de la mandataria, contra la actitud servil y patéticamente sumisa del fracasado ex candidato del PAN a la presidencia de México, el pequeñín Ricky Riquín Canallín.
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