Un país en disputa

Opinión de León Fernando Alvarado

El resentimiento actual de la derecha contra la 4T no se explica sin entender que desde su origen como nación nuestro país ha navegado entre dos corrientes en tensión una con otra. 

Una, la del México profundo y negado, la de los mexicanos de a pie, los que se transportan en autobús, los que nutren las peregrinaciones a los santuarios que hay a lo largo del territorio, los que trabajan diez horas diarias en la fábrica de calzado sin prestaciones económicas ni sociales, los que le entran a las tandas, los que compran enseres domésticos a plazos, los que construyen sus casas con un cuarto hoy y otro mañana, según vaya agarrando agua la nube y se pueda comprar material de construcción.

Otra, la del México aspiracionista, la de los tarjetadependientes que viven a salto de mata entre una tarjeta y otra, los que esperan las ventas nocturnas de Sears para comprar a meses sin intereses, los que tienen lo que se debe aunque deban lo que tienen, los que sueñan con los ojos abiertos en su realidad modorra de ambición, los que creen que el país se vería mejor sin Chiapas ni Oaxaca y de una vez sin indios, los que fetichizan al coche nuevo y al pelo engominado como sus boletos de entrada al reino donde por fin se hablarán de tú con la élite rapaz que los explota.

Dos Méxicos inconciliables y en disputa. ¿De dónde procede el encono? Tiene la palabra el historiador Edmundo O’Gorman: “(…) el germen de México incluía, no uno, sino dos Méxicos distintos; y ya no resultará ni sorprendente ni vergonzoso el triste rosario de rebeliones (que) revelan, en el fondo, el inevitable y sordo conflicto de dos posibles maneras de ser, trabadas en el intento de afirmarse la una en la exclusión de la otra”1. Escrito está.

La continuación del virreinato o la independencia; la sumisión al príncipe extranjero o la dignidad republicana juarista; el latrocinio porfirista o la rebelión de los peones y los campesinos; el neoliberalismo entreguista o la soberanía nacional. En palabras actuales, liberales o conservadores. Dos conceptos de nación diferentes y en pugna.

El conflicto que, dice O’Gorman, está en el germen de nuestro nacimiento se exacerbó con las políticas neoliberales porque para la consolidación de su proyecto requerían negar a las mayorías, desgastarlas, desnaturalizarlas, despersonalizarlas y refundirlas en la categoría de vagos, perezosos, malvivientes, ladrones, sinvergüenzas ¡y morenos, por si fuera poco! 

A cambio, se reservó para los aspirantes a criollos el derecho a excluir, la bondad de los sentimientos, el esfuerzo honrado y productivo, la grandeza de espíritu y los altos estudios, como si el color de la piel determinara la catadura moral. Mentiras y paparruchas para arrullar infantes.

La 4T no hace distinciones entre los beneficiaros de los programas. Asumió el compromiso de que primero eran los pobres, pero no dijo que trabajaría exclusivamente por los pobres. Las becas y los programas sociales son para todos, y así puede verse a  damas empingorotadas hablando mal de la 4T mientras cobran, merecidamente, su pensión de adultos mayores.

A pesar de ello, el encono que propagan los derechistas se alimenta del resentimiento racista y clasista de quienes hoy se sienten despojados por las políticas económicas y sociales de la 4T. 

Carente de un programa que haga contrapeso a dichas políticas, la derecha residual recurre a la procacidad del insulto escatológico, a las fake news, a las plumas alquiladas con sobreprecio, a los desvergonzados medios que mienten como respiran, porque juzga que los apoyos y las becas son dinero suyo tirado a la basura y entregado para disfrute de los zánganos.

Por mentar un ejemplo, en su ofuscación olvidan que nada más el Fobaproa que pagan hoy y pagarán hasta el año 2070 tiene un costo superior a los programas sociales del gobierno: “Datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público muestran que en los últimos tres años se han destinado 105 mil 915 millones de pesos –más que el presupuesto con el que arrancó la pensión universal para adultos mayores en 2019– para pagar los compromisos financieros de los bonos IPAB, la herencia que queda del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa).” Es decir, se puede beneficiar a los mega ricos y aceptarles sus fraudes, pero a los pobres ni agua hay que darles.

La embestida diaria y continua a la 4T sólo se explica desde ese matiz clasista y racista de una derecha desamparada de ideas, huérfana de líderes y necesitada de orientación para entender los cambios políticos y humanísticos en México.

Las malas noticias para ellos no terminan aquí. Parodiando al clásico, se cuenta con suficientes evidencias no tan empíricas de que a los resentidos, a los medios de comunicación y a los periodistas y académicos que diariamente enlodan alegremente su profesión se les avecinan seis años más de vacas flacas. Muchos no los sobrevivirán porque dependen del presupuesto que hoy está cerrado; otros, seguirán afilando sus odios con una piedra de amolar cada vez más deteriorada. Hasta que entiendan que aquí se está viviendo una transformación social.

1 O’Gorman, E. (1974). La supervivencia política novo-hispana. Monarquía o República. Universidad Iberoamericana, México. 

Se destinaron 11,245 mdp al rescate de bancos el año pasado ( HYPERLINK “https://www.jornada.com.mx/notas/2022/02/02/economia/se-destinaron-11-245-mdp-al-rescate-de-bancos-el-ano-pasado/” https://www.jornada.com.mx/notas/2022/02/02/economia/se-destinaron-11-245-mdp-al-rescate-de-bancos-el-ano-pasado/

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