Mediante la publicación de un edicto en el Periódico Oficial del Estado de Quintana Roo, quedó al descubierto el ilegal proceder de José Antonio Loret de Mola Gómory, quien despojó a particulares de tres valiosos terrenos costeros en Tulum, a través de ilegítimos certificados parcelarios ejidales, obtenidos mediante argucias y corrupción por la “mafia Agraria” de la que forma parte.
Este empresario yucateco –parte de la familia de los Loret de Mola que también son dueños de gasolineras, constructoras y de diversos otros negocios– desde hace años que incursionó en la compra de parcelas en Quintana Roo a través de la adquisición de derechos ejidales, aunque en su estado natal ha usado este esquema para hacerse dueño de grandes extensiones de terrenos.
Se trata de tres terrenos, que abarcan más de 2 mil 500 metros cuadrados con frente al mar Caribe, ubicados en Punta Piedra, un importante punto de la Zona Costera de Tulum, donde actualmente funcionan gran número de hoteles “boutique”, restaurantes y clubes de playa, con altísima plusvalía, ya que reciben miles de turistas extranjeros cada mes.
En 2015, de forma fraudulenta, el ejido José María Pino Suárez, compuesto en su mayoría por empresarios y ex funcionarios, modificó su plano para apropiarse de estas 400 hectáreas de zona costera, pese a que ésta que tenía título de propiedad. José Antonio Loret de Mola Gómory, parte de este grupo de “ejidatarios” recibió los tres terrenos ya mencionados, que poco después vendió a Antonino Almazán Arteaga, alias “La Muñeca”, ex delegado del Registro Agrario Nacional y una de las mentes operadoras de este millonario despojo de tierras, ampliamente considerado como uno de los cabecillas de esta “Mafia Agraria”.
Amparados por los gobernadores priistas de esos años, esta mafia despojó a sus anchas a propietarios de hoteles, con uso de la fuerza pública y desalojo de turistas, lo que supuso un duro golpe a la imagen de Tulum.
Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia, inició un análisis de esta situación jurídica, y el descubrimiento del fraude cometido, por lo que esa asamblea “ejidal” y todos los despojos que de ahí derivaron fueron anulados.
Ahora, el propietario de estos terrenos ha emplazado Antonino Almazán a juicio, en el que igualmente figura José Antonio Loret de Mola Gómory, para que se confirme que estas personas no tienen derecho alguno sobre estas parcelas y que se anule su fraudulento acto de compraventa.
No son las únicas propiedades de las que se apoderó, a través de la mafia agraria, José Antonio Loret de Mola Gómory, pues también se había quedado con otro predio, en donde edificó de forma ilegal el hotel “Iguana Blue”. Esa propiedad le fue arrebatada en 2016, dentro de un gigantesco operativo en el que desalojaron 16 hoteles, para restituirlos a sus verdaderos dueños.
La pérdida de estos valiosos predios en Tulum supondría un golpe para este empresario, pero en Yucatán él ya se ha apropiado de muchos terrenos, al parecer con información privilegiada de dónde habrá desarrollo.
Tal es el caso reciente con la construcción del nuevo aeropuerto de Mérida, en tierras de Ucum que él poseía. Lo sospechoso del caso es que su empresa, Ciclo, fue designada por aquel gobierno, años antes, como operadora del Aeropuerto de Chichén Itzá, por lo que es muy posible que José Antonio Loret de Mola Gómory supiera de antemano dónde se emplazaría la terminal aérea de Mérida.
Este Loret de Mola, parte de la misma familia que desciende de un gobernador y que incluye al periodista Carlos Loret de Mola, es dueño además de múltiples gasolineras (Grupo Lodermo) y constructoras, e incluso la concesionaria encargada de la recolecta de basura en Mérida (Sana).
Otros integrantes de esta familia, los Loret de Mola Coldwell, operan una gigantesca granja porcina que fue suspendida por daños ambientales. También pretendían colocar una “megagranja” avícola sobre una zona de cenotes, lo que generó una fuerte movilización ciudadana en contra del proyecto, que ya no prosperó.
Todos están ampliamente ligados a los gobiernos panistas de ese estado (varios han ocupado cargos públicos), quienes así han obtenido trato privilegiado para emprender negocios, obtener concesiones y, como en este caso, despojar terrenos a través de fraudes en ejidos. Son temas que, cuando se trata de su familia, el comunicador Carlos Loret de Mola calla de forma cómplice.
Por: Amir Ibrahim
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