De pronto al ver a ese joven mexicano volando, subido en algo así como una nave espacial, algo que desde niña formaba parte de mis fantasías, comprendí que efectivamente, vamos acelerados hacia la modernidad del siglo XXI.
Con muchos estudios, creatividad, ganas de hacer las cosas y la conocida inventiva mexicana siete jóvenes, alumnos de las licenciaturas en Ingeniería Mecatrónica, Mecánica Automotriz e Industrial del Centro Universitario Latino Veracruz (Ceulver) del Puerto de Veracruz, son quienes desde hace meses trabajan en el “Proyecto Mantarraya”.
Una jovencita, miembro del equipo es quien explica que esta idea les surgió a través de una inspiración de las tecnologías de países asiáticos. Así crearon un prototipo de “Dron” con seis motores de alta potencia, cada uno capaz de soportar hasta 60 kilos. O sea, este quizá sea el principio de vehículos espaciales pensados para revolucionar la movilidad en el país y beneficiar a la sociedad en casos de emergencia y siniestros como incendios, terremotos e inundaciones.
Sin embargo para impulsar a Mantarraya, el primer auto volador mexicano, se necesita conseguir apoyo de especialistas en aeronáutica que ayuden a perfeccionarlo y volverlo del servicio de Protección Civil o Bomberos para realizar rescates aéreos en zonas afectadas por algún otro desastre natural.
Detrás de estos entusiastas y dedicados jóvenes inventores está el ingeniero y profesor Víctor Leyva, quien ha dado aliento y orientación a sus alumnos para no rendirse por la falta de recursos. Necesitan conseguir aportaciones, ya que cada pieza de esta nave ha sido diseñada y ensamblada por ellos mismos, aplicando sus conocimientos en aerodinámica, electrónica y sistemas de propulsión para hacerlo posible pero además, han utilizado sus recursos para continuar con su sueño.
En un video publicado en la red social de Facebook los chicos se hicieron virales y aprovecharon para darse a conocer ante los medios de comunicación independientes. Explicaron que con el chasis y un pasajero, Mantarraya alcanza un peso de despegue de aproximadamente 160 kilos, y en pruebas de carga, logró sostener hasta 180 kilos en el aire.
Actualmente, los jóvenes buscan el respaldo de las autoridades aeronáuticas para realizar una demostración pública con todas las medidas de seguridad necesarias. Su meta es clara: llevar a Mantarraya más allá de las aulas y convertirlo en un modelo funcional que podría cambiar la forma en que nos desplazamos en el futuro.
Gracias a las benditas redes sociales el proyecto ha recibido miles de comentarios de apoyo, incluso, algunos hasta ofrecen hacer una “cooperacha” para apoyarlos. Uno de los comentarios dice: “Muchas felicidades por poner en alto el orgullo de ser veracruzanos gracias por ser ejemplo y por el éxito que lograron no se rindan jamás y nunca traicionen sus principios sus valores y jamás dejen que nadie minimice su trabajo porque son orgullo veracruzano arriba los jarochos”.
Vaya desde estas letras nuestro deseo para que logren lo que se proponen, que tengan un gran éxito, porque son un orgullo para México. Nuestro país tiene muchos jóvenes talentosos.
Y si en otras partes del globo ya se había hecho algo parecido, la gran diferencia es que mientras en otras naciones se piensa primero en el lucro, aquí estos brillantes y altruistas jóvenes jarochos están pensando en ayudar a su sociedad con el diseño especial para rescate aéreo en zonas de alto riesgo.
El proyecto Mantarraya está avanzando y es tal la admiración que ha provocado que la nave por ejemplo, fue invitada para surcar los cielos entre papalotes en un festival que se realiza en Guanajuato. Los invito a conocer y a apoyar este salto al futuro creado por lo más noble y valioso de la juventud mexicana.

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