La política migratoria de Estados Unidos atraviesa uno de sus periodos más severos en décadas bajo el segundo mandato de Donald Trump, con un aumento récord en detenciones y graves violaciones a los derechos humanos.
Según un informe de Human Rights Watch, citado en una investigación de La Crónica, más de 56 mil personas están detenidas diariamente en centros migratorios, la cifra más alta registrada. En el primer semestre de 2025, la detención de migrantes creció 40% respecto al año anterior, y casi 72% no tenía antecedentes penales.
El documento denuncia condiciones inhumanas en tres centros de Florida —Krome North, Centro de Transición Broward y Centro de Detención Federal—, donde se violan normas internacionales. Detenidos reportan estar encadenados horas sin agua, dormir en pisos de concreto bajo luz constante y carecer de atención médica básica. Mujeres permanecen en celdas insalubres y personas con enfermedades crónicas son trasladadas sin tratamiento.
También se documentan tratos crueles, como el confinamiento solitario prolongado para quienes solicitan apoyo psicológico, y la represión emocional y física ejercida por el personal.
El informe critica la Ley Laken Riley, que obliga la detención de migrantes acusados de delitos menores, y el aumento de convenios 287(g) en Florida, que permiten a policías locales actuar como agentes migratorios, con más de 223 acuerdos en ese estado.
Asimismo, se denuncia el debilitamiento del derecho al asilo, deportaciones aceleradas y operativos en escuelas, iglesias y hospitales que generan miedo y restringen el acceso a servicios básicos.
Human Rights Watch advierte que estas políticas representan un retroceso que afecta no solo a migrantes sino la reputación de Estados Unidos en materia de derechos humanos, e insiste en poner fin a las detenciones arbitrarias, garantizar atención médica y supervisión independiente.
Comentarios