Fue un adiós, en efecto, un adiós que se podría describir como un diluvio, tal cual. En el que cayeron miles de lagrimas cargadas de nostalgia, tristeza, esperanza, alegría o una combinación de todas las anteriores. El Presidente dio un profundo “GRACIAS” y adiós que además de lo sentimental, fue contundente.
Las páginas de los libros se llenarán de textos describiendo aquel momento histórico, día en que se despide el Presidente más querido de la historia moderna de nuestro país, Andrés Manuel López Obrador, pero también día en que la Reforma al Poder Judicial se publica en el DOF, y con ello se abre paso a un nuevo modelo de acceso a la justicia, de combate al nepotismo, la corrupción y una mayor profundización de la Austeridad Republicana. Mientras tanto, el principal rostro de la derecha en contra de la Reforma (quien es paradójicamente), la presidenta de la SCJN, Norma Piña, recibió un reconocimiento por parte de la Asociación Internacional de Abogados (IBA por sus siglas en inglés).
Por cierto, evento al cual asistió el ex presidente Zedillo, quien calificó a la Reforma de ser una “felonía”. No debemos olvidar que este fue el mismo personaje al que no le tembló la mano para cerrar durante 1 mes la SCJN y separar de su cargo a 26 ministros.
Así pues, en pleno 214 aniversario de nuestra independencia, ocurrieron dos actos históricos, la despedida y la publicación de la Reforma al Poder Judicial, al mismo tiempo que Asociaciones internacionales vienen a hacer política a través de rostros claros cuyos privilegios han sido arrebatados por un mandato popular. Vaya momentos que vivimos ¿cierto?
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