Luego de dos meses de darse a conocer los resultados de la elección para el gobierno de Veracruz, sale a la luz la extorsión protagonizada esta vez por Televisa, y uno de sus más altos directivos para que para 200 millones de pesos, que seguramente tendría esa empresa que compartir con quien le envió la información que no es otro que Miguel Ángel Yunes Linares, quien utilizó a un patiño para hacer el papel de investigador sobre las supuestas propiedades de Rocío Nahle.
Casos como peste ocurrían continuamente en los medios tradicionales, uno de ellos es el caso de Radio Fórmula, que pidió al gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, 100 millones de pesos para hablar bien de él, y evitar críticas a su gobierno. El ex futbolista se negó y empezó una campaña de mentiras en su contra.
Así trabajan los medios convencionales es por ello que en 8 años han perdido casi el 60 por ciento de su audiencia, motivado por sus propios excesos. Aquí lo importante es la complicidad entre una familia mafiosa de Veracruz, identificada con una serie de delitos que van desde la pederastia hasta el fraude al ISSSTE, por 15 mil millones de pesos.
Esos son los insumos de la televisión privada para dar a conocer su información, es el reflejo de la realidad de México hacia el mundo y una manera de exponer la política mexicana y a sus políticos, situación que nunca atendieron cuando en realidad desde los presidentes hasta los empleados de barandilla, eran corruptos.
La desorientación de la mayoría de los mexicanos a saberse engañados, los obliga a que se resistan a aceptar que vivieron en un país cuya realidad era un invento, ni existe ese país que intentaron reflejar los medios convencionales.
Por su parte, Rocío Nahle tuvo que realizar una campaña en el campo de batalla de una guerra eficaz pero son causa. A pesar de ello, obtuvo dos millones 124 mil 130 votos, los cuales representaron el 53.89 por ciento de la votación total que se registró el pasado 2 de junio, es decir un 27 por ciento arriba de un gris candidato de la oposición.
Es aquí donde se inicia el delito que debe ser castigado desde el que mueve los hilos y financió la “investigación” Miguel Ángel Yunes Linares, su títere Arturo Castagné, quien dijo haber viajado a Estados Unidos y nuevo león a comprobar la veracidad de la propiedad; el candidato Pepe Yunes, quien en más de un discurso de campaña dio por cierto lo que él sabía que se trataba de una ficción. Pero hay más y muchos si tomaos en cuenta a decenas de columnistas veracruzanos que afirmaban que el golpe de la mentira sobre sus supuestas propiedades había hecho bajar en las encuestas a Nahle y que esto producía un enojo en el Presidente López Obrador que la había dejado sola en la contienda.
Sin la intervención de los analistas de Veracruz la guerra sucia no hubiera sido posible. Incluso propietarios de medios, diarios y portales daban cobijo a las mentiras porque pensaron que Yunes les regresaría las dádivas a las que están acostumbrados esos medios y esos extorsionadores que se dicen llamar periodistas que debieron ser merecedores del Premio Nacional de Extorsión que deberían escribirlo al final de todas sus columnas.
Una vez creado este panorama en los medios veracruzanos, en los que tampoco nadie cree, –de otra manera no hubiera ganado la ex secretaria de Energía–, quisieron imponer su guerra con cobertura nacional, no sólo para detener el triunfo de Nahle en Veracruz sino para terminar con su carrera política en la que ven como un peligro a futuro.
Habrá que preguntarse cuánto pagó Yunes y Castagné a Radio Fórmula por la entrevista que le hizo Dóriga a un don nadie, quienes saben perfectamente de dónde venía el rumor.
Hay dos versiones: o Televisa le creía Arturo Castagné, sin dudar, a pesar del origen de la especia, o sabía todo el contexto y sólo quiso ser parte del negocio. O sea que cualquiera puede llegar a la televisora con dinero en la mano y sugerir reportajes o simplemente ser recomendado de la mafia. Esto ya no puede quedar en la impunidad.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
Comentarios