En estos días, no, no en estos días, desde el inicio del sexenio han traído la palabrita a flor de piel. En los recientes días se viralizó un episodio más de un fiel y digno representante de lo que ahora ellos son y forman parte: la oposición moralmente derrotada, totalmente desquiciada y ahora (nuevamente lo digo) perramente envilecida. El episodio lleno de rabia, coraje y desesperación del personaje en cuestión que se escuda en un payaso, despotricó contra el gobierno del presidente López Obrador acusándolo de “dictador”.
Habría que mencionarle al susodicho lo que en realidad significa la palabra “dictadura” (igual y lo ignora o no lo sabe). Según la RAE [f. Régimen político que por la fuerza o violencia, concentra todo el poder en una persona o en un grupo u organización, y reprime los derechos humanos y libertades individuales.].
Pero más que aclararle, sería recordarle todo lo que implicó ese régimen que se manejó en México a lo largo del periodo neoliberal, periodo “lleno de libertad”. Una libertad (social, cultural, periodística, humana) que bajo su óptica era la perfecta, la idónea. Una libertad que a muchos “medios de comunicación” les acomodó perfectamente, pero a aquellos que se atrevían a levantar la voz, a luchar por sus derechos, a defender sus tierras, a escribir sobre los abusos del poder, a exhibir esos abusos del poder eran perseguidos, sí, perseguidos por el poder del estado de una forma aberrante.
Al parecer él nunca se dio por enterado, no la sufrió y tampoco vivió en carne propia el peso de esa palabra pero testimonios hay muchos.
Uno (de entre tantos) claro testimonio es el del periodista J. Jesús Lemus cuando en sus investigaciones periodísticas sacó a la luz la complicidad de la hermana de un expresidente con un líder del narcotráfico, para más claridad, con “La Tuta”, (evento ahora más que conocido) y sí que sufrió la embestida del aparato de poder. Ese episodio le costó más de tres años en prisión, en una prisión de “alta seguridad” junto a capos y reos de alta peligrosidad. En una entrevista contó una de esas experiencias verdaderamente aterradora cuando fueron por él, lo subieron a un helicóptero, lo amarraron de los pies y lo llevaron mar adentro, con los pies atados lo arrojaban y dejaban caer hacia el abismo del mar y lo mantenían colgando por horas.
Esa es una parte de los conocidos “vuelos de la muerte”. Sí, método conocido y que se aplicó en Chile en el tiempo de, ESA SÍ, DICTADURA MILITAR. Aquí en México esa táctica fue muy usada por el gobernador de Guerrero Rubén Figueroa. Entrar a esta historia sería entrar a la “Guerra Sucia” que dejó muchos muertos, desaparecidos o refugiados en otros países.
Otro caso, el de Carmen Aristegui cuando, en ese entonces el diputado Fernández Noroña, mostró una manta al interior del palacio legislativo con la leyenda: “¿Tú dejarías a un borracho que maneje tu coche? ¿No verdad? Entonces porqué dejas que maneje tu país”. Esto fue mostrado, como ya lo mencioné, en el recinto y la periodista lo retomó para su emisión matutina iniciando una serie de observaciones y cuestionamientos al aire como: “…y pongámosle atención al asunto, y dejemos la pregunta abierta. No es la primera vez que se habla de este tema, de un presunto problema de alcoholismo de Felipe Calderón”. Esas fueron las palabras de la periodista, pero la pregunta que dejó al aire e incomodó al poder fue: ¿Tiene o no, problemas de alcoholismo el presidente de la República?
El haber hecho esa pregunta fue devastador para la periodista porque empezó a sentir el peso, el real y verdadero peso del poder al sacarla del aire. El suceso fue ampliamente conocido por la difusión que tuvo y por la lucha que emprendió la señora para defender su derecho a la libertad de expresión.
Otro caso, el del periodista José Gutiérrez Vivó, un gigante de la comunicación. Fue un innovador en muchos sentidos. Los que crecimos con su noticiero sabemos que marcó a toda una generación. Su problema o su pecado, haberle dado voz a Andrés Manuel López Obrador en aquel lejano 2004 para anunciar que competiría por la presidencia en los comicios del 2006. Fue uno de los que le dio voz al hoy Presidente de la República y que se echó encima a los gobiernos de Fox y de Calderón. El resultado, nunca más lo volvimos a escuchar al aire por el sistema radial.
Otro ejemplo más, cuando la izquierda mexicana en el periodo del salinato hasta el peñanietismo, luchaba por su pueblo, por sus tierras, por sus ideales, por sus principios, muchos de sus integrantes fueron desaparecidos, asesinados.
Uno más para terminar, cuando el pueblo de San Mateo Atenco salió a defender sus tierras que les iban a comprar a precios irrisorios para construir el aeropuerto que traía Vicente Fox en su cabecita, el pueblo fue reprimido con una violencia inaudita, mujeres violadas, pobladores metidos a la cárcel, en fin, fue una represión horrenda a más no poder.
No expongo el largo proceso que enfrentaron por haber cuestionado al poder, es algo de sobra conocido, documentales hay muchos, testimonios más, familias afectadas cientos… y hoy es de sobra conocido cómo ahora esa prensa mercenaria se “confronta” tratando de parecer que enfrenta “valientemente al poder, que se enfrenta al aparato del Estado” y a un presidente con todo tipo de cuestionamientos y al que pueden cuestionar pero que, al recibir la respuesta o aclaración o usando su derecho a la réplica a los cientos de mentiras que propagan gritan ¡Dictadura!
No se cansan de gritar a los cuatro vientos que estamos viviendo una dictadura, dictadura que por cierto les permite dar opiniones en varios de sus medios, escribir sus artículos, editoriales o posturas en todos los espacios que tienen a su servicio, participar en sus mesas de “análisis” y lo peor, tratando de denigrar la investidura presidencial hasta con mentadas de madre, en todos los medios donde participan.
Pues sí que es una rara dictadura.
Tan manoseada la pobre palabra que ya ni miedo le tienen.
Disgregando
El presidente dio a conocer, ahora sí, con pelos y señales (con cantidades y nombres) el dinero DEL PRESUPUESTO que el gobierno del sexenio pasado “asignó” y entregó a los “medios de comunicación” en publicidad… EN UN AÑO, UN SOLO AÑO. ¡EL VAIVÉN DE LOS NÚMEROS ES IM-PRE-SIO-NAN-TE! No se alcanza a dimensionar la cantidad. Son cantidades con muchos, muchos pero muchos números, como impresionante es la guerra sucia que ahora están dando. Del tamaño de las cantidades que ya no se les asignaron en este sexenio, de ese tamaño es el enojo y de ese tamaño serán las mentiras y la lucha por el poder y no el poder en sí, sino del dinero del presupuesto del que se creían dueños.
Ahora entendemos porqué no ven nada, nadita de nada bien hecho en este gobierno, pero pues ¿cómo van a ver algo bien hecho, algún avance, algún parámetro a favor si lo que les iluminaba los ojos, la razón y el entendimiento eran precisamente las cantidades que les aportaban los gobiernos pasados a sus “empresas” por “publicidad”; y publicidad es sólo uno de los parámetros por los que recibían esos ingresos o en lo que estaban metidos.
Estaban metidos, sí, los dueños de los medios de comunicación junto con políticos de baja ralea que ahora vemos bien vestiditos para sus entrevistas, en la construcción de hospitales, en la distribución de medicinas, en las concesiones del agua, en las concesiones de carreteras, en la recolección de basura, en la privatización de las escuelas, bueno, como lo expuso la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, “si quieres un caldito de pollo, hasta ése estaba privatizado”.
Y así iban por el mundo, creyéndose dueños de la nación.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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