Por supuesto que hay un antes y un después, hay un hito innegable en la historia del país a partir de la llegada de López Obrador a la presidencia de la república. Pero digamos que el cambio de gobierno desde 2018 no sólo se reduce a las obras significativas ni a las políticas públicas características o emblemáticas de este gobierno; circunscribirlo sólo a ese parámetro sería una visión extremadamente reduccionista. Por esa razón, digamos entonces que si se quiere comprender en donde radica la trascendencia de este gobierno, habría que llevar el análisis todavía más allá y observar las nuevas maneras en las que la ciudadanía comenzó a involucrarse en el acontecer político.
Para empezar, hay que reiterar algo que la oposición se rehúsa a creer: una buena parte del pueblo (ojo: DEL PUEBLO), se siente representada por el presidente de la República; es más, no sólo se siente representada, se siente parte de, se considera actora y, por lo tanto, sin así pretenderlo, pareciera asumir una militancia activa del lado en el que identifican a Andrés Manuel. Ahora bien, de esa buena parte DEL PUEBLO, se desprende otra fracción: LA CIUDADANÍA que, conforme avanzó este gobierno fue tornándose más crítica y más interesada en informarse sobre temas trascendentales para el país que en el pasado parecían sólo pertenecer a una sola clase. Eso también se rehúsa a comprender la oposición, que los ciudadanos, sin importar el nivel socio económico, exigen de la práctica política argumentos sólidos para defender su respectiva visión de nación y no sólo las campañas mediáticas. En honor a la verdad, y eso se le debe a López Obrador, el contar con ejercicios de comunicación como las mañaneras o el fortalecimiento de medios alternativos de comunicación, tuvo como consecuencia que los ciudadanos se auto obligaran a adentrarse más en los temas que los atañen.
Pero en ambos casos, insistimos en que esto no fue considerado por el PRI y el PAN, y no se trata en lo absoluto de una estrategia fallida ni mucho menos, en sí se trata de la propia característica de ambas instituciones de menospreciar al pueblo y a los ciudadanos como lo han venido haciendo desde hace décadas. Por lo tanto, no se necesita ser un experto para saber los motivos de la debacle electoral que hoy los coloca en el peor escenario político sin precedentes en su historia.
Estando así el panorama tras los seis años de López Obrador al frente del gobierno, viene una nueva etapa del movimiento que augura un futuro prometedor de la mano de Claudia Sheinbaum, pero si queda alguna duda del compromiso de la Doctora por construir ese famoso segundo piso, basta una mirada al gabinete que ha designado hasta el momento y que se caracteriza por el grado de eficiencia demostrada por cada uno de los titulares en sus respectivos ámbitos y no sólo eso, también destaca la lealtad con la que se conducen, la honestidad y la transparencia que no dejan de estar acompañados de la congruencia. Y, aunque todos ellos merecen notables expresiones positivas, hay un caso que en lo personal y como parte del movimiento campesino considero necesario enfatizar: Edna Vega Rangel no sólo es una excelente servidora pública, ha sido parte de los movimientos sociales, proviene de la lucha democrática desde mero abajo y siempre ha mostrado sensibilidad hacia el sector campesino. Un nombramiento de esa naturaleza deja para nosotros en claro que este gobierno reitera su compromiso ideológico con las causas que representamos y que las puertas que tuvimos que derribar durante muchos años, hoy estarán abiertas para atender los rezagos que aún prevalecen, por lo que considero que el caso de Vega Rangel merece mención a parte.
Seis años después la expectativa de un México próspero crece y en un lapso breve comenzarán a verse resultados positivos para el país, pero para que eso suceda hay que sumarnos todos para aportar nuestro granito de arena pues no es lo importante la distinción entre esfuerzo mayor o menor, sino la suma de esfuerzos desde donde estemos.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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