La enésima campaña de propaganda negra emprendida por los mismos opositores moralmente derrotados, ha escalado en su apuesta por provocar zozobra entre la población mexicana. Hacer referencia a un magnicidio en nuestro país, es invocar los tiempos oscuros en que las candidaturas presidenciales y las disputas entre los grupos de poder se resolvían a balazos.
Eran los tiempos de la decadencia salinista. Pero el colmo del cinismo es pretender, por fin tomar revancha de la condena social que existe sobre el salinismo por la sospecha del crimen de su propio candidato, invocando la misma figura de Luis Donaldo Colosio.
No puede ser casualidad que se trate de los abiertos personeros y empleados del mismísimo Carlos Salinas de Gortari quienes iniciaron esta nueva campaña de provocación en contra de la Cuarta Transformación, vociferando histriónicamente en los medios convencionales de desinformación una condena anticipada al Presidente de México, tan solo especulando sobre un hipotético crimen, que omiten mencionar, del cual solo ellos se beneficiarían. Porque el necesario debate político que requiere una sociedad democrática está siendo envenenado por estos defensores del régimen oligárquico que, ante la ausencia de argumentos, solo alcanzan a transmitir su rencor por haber perdido sus privilegios. Pero no olvidemos que ellos son tan solo la cara visible de los grupos de poder económico que fueron desterrados del saqueo del presupuesto público que sostuvieron por décadas, bajo la ilusión del bipartidismo.
Frente a la derrota histórica de su proyecto de acumulación basado en privatizaciones y exenciones fiscales. Solo les queda recurrir a fomentar el odio, y crear escenarios de desestabilización política siguiendo los viejos y nuevos manuales de la CIA para provocar golpes de Estado.
En este escenario no es una exageración del Presidente cuando los llama perversos o fascistas, porque son plenamente conscientes de los demonios que están invocando, a partir de manipular el miedo y los prejuicios de los sectores conservadores de nuestra sociedad.
México no merece esta criminal oposición. En el pueblo organizado existe la sabiduría pertinente para mantener la cabeza fría y el corazón caliente. El movimiento obradorista ha sido, es y será pacífico. Nuestra hoja de ruta es la no violencia. El amor al Pueblo y al prójimo que es la esencia de nuestra forma de hacer política se sobrepondrá al odio que quiere volver a sembrar el innombrable.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
Comentarios