Y no piense el lector que se trata de una bravuconada como las que se gasta doña Sandra Cuevas, más bien entiéndase como una atenta invitación para que más allá de la demagogia y la verborrea electoral, se discutan los temas de fondo y se planteen propuestas viables para el campo mexicano.
Desde hace muchos años la situación del agro es insostenible por decir lo menos gracias al modelo neoliberal y, sobre todo, a las absurdas políticas implementadas por el PRI y por el PAN que beneficiaron a unos cuantos para dejar en el abandono a muchos. Para colmo, los destinos de los recursos se iban más a las grandes transnacionales y/o las empresas de pelo completo, dejando migajas para el pequeño productor, es decir, el de cero a veinte hectáreas. A eso hay que agregar (en honor a la verdad), el mal aprovechamiento de los recursos a los que accedían algunas organizaciones, sin que eso signifique que la práctica fuera generalizada. Muchas organizaciones se mantienen fieles hasta el día de hoy a su vocación de lucha sin una mancha que les valga el señalamiento de haberse aprovechado indebidamente del recurso. Pero como hemos señalado anteriormente, negar que algunas organizaciones practicaban “los claveles” sería tanto como querer tapar el sol con un dedo.
Por lo tanto, en buena medida y como consecuencia del abandono gubernamental, el entreguismo y la corrupción, el campo se mantiene en crisis y a eso hay que sumarle objetivamente que el gobierno actual ha quedado corto. Y no se trata de decir que la política pública actual ha fallado completamente, literal se queda corta pues si bien varias organizaciones pugnamos desde siempre porque los recursos lleguen de manera directa al productor, también es claro que en los “cómos” es donde se queda a deber. Dicho de otra manera: es correcto que se pretenda entregar un apoyo directo al campesino, pero ¿quién define cómo lo entrega y a quién lo entrega? Si la decisión queda en manos equivocadas como ya se ha visto en muchas ocasiones en este gobierno, imagínense el resultado.
Con todo y eso, hay avances que reconocer pero de manera obligada, también hay que reconocer los rezagos, las deudas pendientes, así que ni de un lado ni de otro cabe el señalamiento a piejuntillas a favor o en contra, pues mientras que el Estado no garantice la soberanía alimentaria y empecemos por dejar de importa maíz (tan solo por citar un ejemplo), se seguirá estando en deuda con los campesinos.
Por eso las declaraciones de Xóchitl Gálvez durante su encuentro con organizaciones campesinas pierden mucho sentido cuando la candidata omite mencionar que las causas que originaron el desastre en el campo, obedecen a las políticas implementadas en los gobiernos representados por los que hoy la han designado como candidata, o sea, el PRI principalmente y después Acción Nacional. ¿A caso olvida Xóchitl Gálvez que en el sexenio de Fox y el de Felipe Calderón se desviaron cuantiosos recursos para organizaciones creadas desde el poder?
Al parecer sí le falla la memoria a quien fuera Directora General de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los pueblos Indígenas, cuya gestión pasó sin pena ni gloria y que, a pesar de sus orígenes, poco entiende de la realidad indígena y del campo.
Hay muchos pendientes en el campo y se deben atender de inmediato empezando por discutir una profunda reforma estructural en la que se establezcan las bases que garanticen tanto la soberanía como la seguridad alimentaria y se fortalezcan las medidas de prohibición al maíz transgénico y al uso del glifosato que solo benefician a las trasnacionales. Que indique Xóchitl Gálvez cuando y en qué espacio acepta debatir con organizaciones como la UNTA o la CODUC que, entre otras, han pugnado por participar en el diseño de la política pública. ¿Aceptará el reto?
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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