En la Mañanera del Pueblo del pasado lunes 2 de diciembre, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo sostuvo que “no vamos a caer en una provocación de qué país es mejor. Lo que sí, es que a México se le respeta y más a sus socios comerciales”. Esto sostuvo la presidenta tras las afirmaciones de Canadá, en la que dejó claro que no podía compararse su situación con la de México. Además, aseveró que las problemáticas son distintas, refiriendo que informaciones dan cuenta que Canadá tiene un grave problema de consumo de fentanilo, al igual que los Estados Unidos. “Y en algunos estados donde se liberalizó el consumo se han generado problemas graves. Tiene problemas de defunciones debidas al opioide, México las tiene en un muy bajo nivel. No es porque no haya problemas de adicción en México, pero no tiene que ver con este problema de consumo de rentarlo en EU y Canadá”.
Desde siempre se ha sabido que México es un país rico en recursos, además de ser un principal punto estratégico por sus puertos al océano Pacífico, al océano Atlántico, a los Estados Unidos y a América Latina. Además, la localización geográfica jugaría un papel importante para la Primera Guerra Mundial (1914-1918). En el siglo pasado, las potencias extranjeras aprovecharon la oportunidad para entablar relaciones comerciales con México, destacado por la exportación de materias primas, productos básicos y elaborados. Entre los productos destacaban el café, caucho, henequén, algodón, minerales (cobre, oro, plomo) y en especial el petróleo. Durante el régimen del general Porfirio Díaz, la mayor parte de la industria y gran parte de la tierra mexicana había pasado a manos extranjeras. Sus principales socios comerciales eran Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Francia, España y Bélgica.
A pesar de la prosperidad económica que causó la inversión extranjera, el país padeció numerosas huelgas obreras con un cierto grado de tolerancia gubernamental. Como consecuencia, estalló la Revolución mexicana el 20 de noviembre de 1910, obligando a Díaz a renunciar al poder y en su lugar Francisco I. Madero fue elegido presidente. Los derechos laborales fueron reivindicados, el cual afectó de forma constante a las compañías extranjeras y la libertad de prensa y de palabra rebasaron la línea establecida por la irrestricta censura del autoritario régimen porfirista. Esto fue solo el inicio de una serie de conflictos que marcarían a México a lo largo del conflicto revolucionario.
Posteriormente, las manifestaciones estadounidenses por escrito y la presión de la burguesía nacional no se hicieron esperar: pedían restricciones al flujo de inversiones, lo cual contribuyó en buena medida a despertar una seria y organizada en el país. Así se inició una campaña contra México presentada en innumerables formas: la prensa estadounidense y otros diarios pidieron la intervención armada ante la incapacidad de Madero para controlar la situación; las notas enviadas al gobierno mexicano maderista por parte de Washington, ante las continuas rebeliones e inseguridad de los estadounidenses radicados en el país, alcanzaron su punto más agresivo el 15 de septiembre de 1912, cuando se culpó al gobierno de México de “discriminar a empresas y ciudadanos norteamericanos”.
Lo ocurrido con Canadá, recordó a esta situación en la que los intereses extranjeros en México se vieron afectados ante una serie de factores que no tenían control. Justin Trudeau, primer Ministro de Canadá, se había reunido con el presidente electo estadounidense Donald Trump, en un intento por excluirlo del T-MEC. Larry Rubin, presidente de la American Society of Mexico, afirmó durante su participación en la Cumbre de las 1000 empresas más importante de México, que existe una ‘gran ola’ canadiense que desea excluir a México del T-MEC. Por otro lado, advirtió que, al menos, dos gobernadores canadienses (el primer ministro de Ontario y la primera ministra de Alberta) ya manifestaron públicamente que México debería salirse del acuerdo comercial, ya que “el país aborda muchos temas que no les incumben a ellos pero que jalan el foco de la conversación de la relación trilateral”.
¿Qué les molesta más a los canadienses de los mexicanos que capturan la conversación? No es el tráfico del fentanilo, sino que exista un Estado capaz de asumir un papel activo en regular, promover y conducir la actividad económica. Los canadienses han extraído el oro y la plata a lo largo del territorio mexicano causando devastaciones ambientales y sociales en las comunidades. Por lo que no les conviene que haya un Estado que deje de conceder concesiones a compañías mineras nacionales o privadas otorgadas desde 1992.
“La integración de México a la región de América del Norte, con Estados Unidos y Canadá, es irreversible. es algo que juega a favor de nuestras economías, es irreversible y eso es algo que desde luego tenemos que usar y también presumir porque México ha sido parte del éxito del tratado comercial entre los tres países, apunta cuando se le pregunta sobre sus expectativas con el nuevo gobierno de Estados Unidos”. Así lo expresó Altagracia Gómez Sierra, empresaria y coordinadora del Consejo Asesor de Desarrollo Económico Regional y Relocalización de Empresas de la Presidencia de la República en una entrevista para La Jornada.
Hay que confiar en que tenemos una presidenta capaz de tomar decisiones que nos llevarán a buen puerto con la revisión del tratado entre México, Estados Unidos y Canadá. Además, Marcelo Ebrard, secretario de Economía y el canciller Juan Ramón de la Fuente, trabajarán muy cerca para llevar al máximo todas las ventajas que el tratado ha representado para el país.
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