Sin duda, una de las razones por las que el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador será histórico, es por el rescate al sureste del país y con ello, a la grandeza cultural del pueblo maya.
El pasado viernes primero de agosto el presidente López Obrador realizó su 5to informe de gobierno en Campeche, seguido de ello hizo un recorrido de supervisión en los tramos 2 y 3 del Tren Maya. Pero ¿Qué significa esta mega obra para el sureste del país?
Cuando se trata de hablar de desigualdad, pobreza y pobreza extrema no se puede ignorar el increíble rezago que existe en los estados del sureste, como el estado de Chiapas, donde, como producto del neoliberalismo, el ingreso promedio es menor a la mitad del promedio nacional, y donde, además, se encuentra una latente pobreza laboral. En este sentido, de acuerdo con información del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (11/ 04/2022), el tren maya ha generado 105 mil empleos. Por otra parte, esta inversión pública tendrá un impacto económico en diversas comunidades dentro de los 5 estados por los que recorrerá el Tren Maya. Esto, por medio de potencializar la industria turística, lo que significará una derrama económica, que, en conjunto con proyectos de los gobiernos estatales, como el caso de Quintana Roo, se aplicará el modelo del ´´mercado del bienestar maya´´, lo que beneficiará al comercio y al mismo tiempo mejorará la conectividad en el sureste del país.
Dos temas para discutir en torno al tren maya son: el medio ambiente y la responsabilidad que toma el ejército dentro de dicha empresa. Por un lado, a lo largo de sus 1500 km, al Tren Maya lo acompaña el programa de reforestación más grande del mundo, pasos de fauna y áreas naturales protegidas, además de eso, el 44 por ciento de la vía será́ electrificada. Se puede destacar la disciplina con la que el ejército mexicano ha entregado en tiempo y forma, así como con disminución del presupuesto, obras del sexenio obradorista anteriores a esta, de igual forma, se puede destacar que la presencia del ejército en el sureste y específicamente en el Tren Maya, impactará principalmente en dos cosas: la disminución de los grupos criminales y el candado al camino de la privatización.
En conjunto, esta obra que se inaugurará en diciembre del año en curso no solo significa una mejora en la economía y conectividad del sureste (que fue abandonado por sexenios neoliberales al mismo tiempo que fue saqueada), sino que también el rescate y fomento a la investigación arqueológica en la zona. Es una obra histórica que marca fuertemente la vuelta a la inversión pública en el país.
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