La Cuarta Transformación debe llegar a Nuevo León en los planos de los gobiernos estatal y municipales. El maravilloso, pujante, emprendedor y trabajador pueblo regio merece más. La mayor parte de los municipios que conforman la Zona Metropolitana de Monterrey parecen haberse quedados atrapados en el tiempo, con largas filas de personas esperando a veces horas un camión para llevarlos al trabajo, sin para buses al desamparo del extremoso calor; además los camiones de transporte público en su mayoría carecen de aire acondicionado y mantenimiento mínimo. Es inimaginable que una megalópolis conformada por 13 municipios solo cuente con solo 3 líneas de Metro. Un joven estudiante que vive en Apodaca o en Guadalupe en el mejor de los casos invierte dos horas de ida y dos de vuelta para llegar a Ciudad Universitaria.
Con el Monterrey boyante e industrializado que se enclava en algunas colonias de la Zona Metropolitana, contrasta un cinturón de desigualdades cada vez mayores en los municipios que lo rodean, caracterizados por la ausencia de servicios básicos como iluminación y mantenimiento de calles y banquetas, sin transporte público limpio y seguro, y desde hace dos años con crisis cada vez más recurrentes y graves de acceso de agua para consumo humano. Las proyecciones estiman que de los 5.7 millones de habitantes que el Censo del INEGI contabilizó en un 92% en los 13 municipios de la Zona Metropolitana de Monterrey, en 2030 -de continuar la inercia actual- podría llegarse hasta los 10 millones de habitantes en el área.
El abandono de los regímenes neoliberales al pueblo de Nuevo León ha sido una constante, hayan llegado al poder por las desprestigiadas siglas del PRI, PAN, MC o supuestos “independientes”, coloquialmente se le conoce como el MCPRIAN. Un ejemplo, el Hospital Universitario, que es una noble institución que atiende a los más vulnerables, por las maniobras de los gobiernos estatales recibe el mismo presupuesto que en 2010, pero atiende el doble de pacientes que hace 13 años, un gran porcentaje de ellos que tienen que desplazarse desde la periferia para recibir atención, pues además ha habido oídos sordos para los planes de crear subsedes del hospital en las regiones de la ZMM.
En Nuevo León residen los sectores del poder económico -que abierta o soterradamente-, han financiado el golpismo contra el presidente Andrés Manuel López Obrador y la Transformación de México que encabeza, pero este laboratorio de la politiquería -que ha desplegado grupos como FRENAAA-, se ha topado con una realidad cada vez más evidente, que el pueblo de Nuevo León ha constatado; que es el gobierno federal de AMLO quien realmente está a la disposición de servir para aliviar crisis como la del agua. Las obras de la presa Libertad, del acueducto de El Cuchillo II, y los fondos para incrementar dos líneas del Metro dan muestra de ello, además del aumento del presupuesto federal integral para Nuevo León en 2023.
La política de Bienestar que se aplica en el plano federal y que bajo un enfoque de derechos sociales beneficia a adultos mayores, estudiantes de bachillerato, personas con discapacidad, jóvenes que construyen su futuro, niños en situación de vulnerabilidad, por mencionar algunas líneas de acción, significan un faro de esperanza para un pueblo muy golpeado por gobiernos locales y municipales paralizados por la corrupción y la simulación. Por ello el contraste es nítido, ante un MCPRIAN cada vez más ensimismado en las disputas encarnizadas entre sus facciones y que se olvida de atender los problemas de la gente, el movimiento transformador que se identifica en el obradorismo representa un camino del todo nuevo.
El Plan C que ha sugerido el presidente López Obrador es una necesidad vital para el renacimiento del otro Nuevo León, “la mitad del pueblo no va a poder dormir tranquila mientras la otra mitad tenga hambre” como solía decir Lula da Silva, es necesario ganar la presidencia, pero también las mayorías legislativas en el Senado, la Cámara de Diputados y el Congreso local, así como los ayuntamientos; para reorientar y transparentar el presupuesto público y ponerlo al servicio del pueblo. Que la Pensión Universal para Personas con Discapacidad sea universal en Nuevo León como los es ya en 23 estados del país, que el programa Mi Beca para Empezar que apoya económicamente a los niños de preescolar, primaria y secundaria como un derecho asociado a la educación también se aplique en Nuevo León, que haya suficientes líneas de metro y nuevas universidades gratuitas y de calidad; que se garantice el derecho al agua antes que otros intereses; entre otros anhelos que parecerían una utopía pero que ya se implementan en otras latitudes del país. Es un imperativo ético organizarnos, no vivimos en una isla ajena a los vientos de cambio. Que la Cuarta Transformación llegue a Nuevo León.
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