Decenas de israelíes se manifestaron anoche en Jerusalén, sosteniendo fotos de niños palestinos asesinados en Gaza. Esta forma de protesta se ha intensificado y se difunde cada semana en redes sociales.

Entre las historias desgarradoras, destaca la de Siham, una bebé de un año. La pequeña está demacrada y enferma por consumir agua y alimentos contaminados. Nació en un campo de desplazados en el sur de Gaza. Su madre, Ikhlas, de 28 años, huyó de los bombardeos en el norte de la franja. Debido a su propia desnutrición, no pudo amamantar a Siham. Sin fórmula infantil disponible, la alimentó con leche normal, lo que agravó su estado de salud.
Desde el Hospital de la Sociedad Benéfica Amigos del Paciente en Gaza, Ikhlas comparte su situación. “Antes comíamos pan, a veces con tomillo. Ahora dependemos del arroz y la pasta porque se nos acabó la harina”, relata.
La historia de Wedad Abdelaal también es alarmante. Sus tres hijos sufren desnutrición en una tienda de campaña en al-Mawasi. Khaled, de 9 meses; Ahmed, de 7 años; y María, de 4 años, sobreviven con arroz, sal y agua.
Otra niña, Hala, de dos años, pesa solo 3 kilogramos, aproximadamente lo que pesa un recién nacido. Su madre, Alaa, de 24 años, explica que Hala nació con una afección que causa deficiencia de potasio y sodio. Su tratamiento se interrumpió por los bombardeos. Ahora ambas sufren desnutrición, y Alaa teme por la vida de su hija.
Mientras tanto, en Tel Aviv y Jerusalén, activistas israelíes siguen saliendo a las calles. Sostienen fotos de niños gazatíes que han muerto en la campaña militar del primer ministro Benjamín Netanyahu. Esta protesta, que comenzó hace meses, continúa creciendo cada semana.

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