La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha tomado cartas en el caso de discriminación ocurrido en Monterrey, Nuevo León, donde una joven ciega identificada como Sari denunció haber sido inicialmente rechazada en el hotel Sa por acudir con su perro guía. Este incidente no solo refleja una grave violación a los derechos de las personas con discapacidad, sino que también ha generado indignación y un renovado llamado a garantizar el cumplimiento de la legislación vigente.
El caso ocurrió cuando Sari intentaba ingresar al hotel para asistir a una posada navideña organizada por su lugar de trabajo. El personal del establecimiento le negó el acceso bajo el argumento de que las mascotas no estaban permitidas, ignorando que los perros guía están protegidos por ley. Tras media hora de discusión y la amenaza de llamar a la policía, finalmente se le permitió ingresar, aunque con condiciones que Sari calificó de humillantes.
Profeco investiga los hechos
Ante la repercusión que el caso tuvo en redes sociales, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) acudió al hotel Sa para investigar lo sucedido y verificar posibles violaciones a la Ley General de Protección al Consumidor. Aunque hasta el momento no se han anunciado sanciones administrativas, Profeco confirmó que Sari pudo ingresar finalmente junto a su perro guía para participar en el evento.
El organismo también destacó que los establecimientos están obligados a garantizar el acceso y la permanencia de las personas con discapacidad y sus animales de asistencia, conforme a la ley. La presencia de Profeco en este caso no solo refuerza la importancia del cumplimiento de la normativa, sino que también envía un mensaje claro sobre la necesidad de prevenir actos discriminatorios en el futuro.
Un trato indigno a pesar de la ley
Sari relató que, al intentar dialogar con el personal del hotel, estos se negaron a escucharla, dirigiéndose exclusivamente a su acompañante. Incluso, se le sugirió que dejara a su perro en resguardo mientras alguien más la acompañaba al evento, una propuesta que calificó como ofensiva.
“Nos dejaron entrar diciendo que ‘por esta vez’ nos permitirían el acceso, como si estuvieran haciéndome un favor”, escribió en una publicación que rápidamente se viralizó. Este trato, contrario a las disposiciones de la Ley General de Protección al Consumidor y la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad, ha generado una ola de críticas hacia el hotel por parte de usuarios en redes sociales.
Leyes claras, pero poca sensibilización
El artículo 58 de la Ley General de Protección al Consumidor establece que los proveedores de bienes y servicios no pueden condicionar el acceso de personas con discapacidad ni negarles el uso de sus animales de asistencia. Además, les obliga a proporcionar las facilidades necesarias para garantizar la igualdad en el consumo de bienes y servicios.
A pesar de estas leyes, casos como el de Sari evidencian la falta de sensibilización y capacitación del personal en muchos establecimientos. “No basta con tener leyes; es necesario que las empresas las conozcan, las respeten y capaciten a sus empleados para garantizar su cumplimiento”, señaló un activista que respaldó a Sari.
Un llamado a la acción: Sari exige disculpas y medidas concretas
Sari, además de compartir su experiencia, ha exigido al hotel una disculpa pública y medidas de capacitación para su personal. “Hoy fui yo, pero esto no debe pasarle a nadie más. Sa, capacita a tu personal”, enfatizó en su denuncia.
La indignación generada por el caso subraya la necesidad de una mayor vigilancia por parte de las autoridades y acciones contundentes para garantizar que los derechos de las personas con discapacidad sean respetados en cualquier espacio público o privado.
Este caso, aunque lamentable, refuerza la importancia de contar con organismos como Profeco que actúan para proteger a los consumidores ante situaciones de discriminación.
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