¿Para qué una revolución de las conciencias? En mi pasado articulo formulé esta pregunta sin llegar a abordarla a fondo; sin embargo, es uno de los cuestionamientos fundamentales para continuar con la Cuarta Transformación de México.
Siguiendo esta línea, por una parte, ¿Qué es una revolución? Para gigantes como Fidel, la revolución era ´´cambiar todo lo que debe de ser cambiado… es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional… es unidad´´ pero a su vez, también la concebía como ´´igualdad y libertad plena´´. Gramsci, quien dedicó su vida y sus escritos a la revolución, decía que esta ´´debía ser, además de un cambio económico, una gran reforma intelectual y moral´´, para de esa forma construir al hombre nuevo.
Por otra parte, ¿Cómo entender la ´´conciencia´´ dentro del humanismo mexicano? Podríamos entenderla en términos de una actitud o quizá, como una nueva cultura política. Los esfuerzos del presidente López Obrador en este ámbito han sido en erradicar el analfabetismo político del país y cambiar las lógicas neoliberales (el individualismo, la competitividad, la privatización, el extractivismo…). Dentro de esa lucha, se encuentra retomar la riqueza cultural de la gran civilización que existió en México y a su vez, como describe Fidel, ´´cambiar todo lo que debe ser cambiado´´ en cuanto, al machismo, el racismo y el clasismo heredados de los conquistadores españoles, y en ese proceso, también, descolonizar la mente de las y los mexicanos.
Actualmente, nos encontramos en una transición conocida como el posneoliberalismo, en donde, se dejan a un lado las prácticas como privatizar las ganancias y socializar las deudas y pérdidas (FOBAPROA). Una prueba de esta transición son el paquete de reformas que presentará el presidente López Obrador el próximo 5 de febrero, entre las que se encuentran: Incremento al salario mínimo por encima de la inflación, austeridad del gobierno federal, entre otras con gran impacto en la vida democrática de México como lo son, la reforma al poder judicial y electoral. Las cuales, más allá de tener la mayoría o no para su aprobación en el Congreso, marcarán las diferencias de los proyectos de nación que se hacen frente en las elecciones del presente año. El pueblo tendrá una idea más clara de lo que significó el neoliberalismo (redistribución regresiva de los ingresos públicos) y el humanismo mexicano (una nueva distribución de la riqueza).
El posneoliberalismo se trata de una transformación en todos los sentidos, pero no se nos debe olvidar que la de las conciencias es de gran importancia porque tener conciencia es también tener memoria histórica sobre la dictadura perfecta que vivió México por 36 años y, de esta manera seguir el camino hacia la justicia social.
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