El día de ayer se cumplió 1 año del genocidio del pueblo Palestino ¿De qué otra forma llamarlo? 42,000 asesinados, el 60% son mujeres y niños. Y la pregunta continúa en mi cabeza. ¿Por qué normalizamos un genocidio?
Los medios de comunicación, las películas gringas, ¿qué es lo que nos construye? En otras palabras, en términos gramscianos ¿Qué conforma la hegemonía cultural? La gente en su cotidianidad ve a través de las pantallas la masacre del pueblo Palestino. La deshumanización de los medios de comunicación tiene como objetivo la deshumanización de la humanidad.
Aún así, desde el cine es importante analizar los conceptos de la Ciencia Política como: Poder, Estado, Formas de gobierno, legitimidad, política, entre otros. Sobre todo, porque a pesar del sistema capitalista de competencia en el que vivimos, este espacio continúa siendo de reflexión y en ocasiones constituye una resistencia.
En este sentido, la película “La ola” es un ejemplo de lo que ocurre en lo que Gramsci llama hegemonía, que explica el problema que planteo en este artículo sobre los vínculos que la clase dominante establece (de acuerdo a sus intereses) con las demás clases. Y a su vez, esta película también refleja la realidad de Europa occidental en momentos en los que, en el contexto internacional, se vive la decadencia del sistema neoliberal y en momentos en los que se tambalea el imperio estadounidense y se formaliza la multipolaridad (pensando en los BRICS). Por otra parte, el ascenso de la ultraderecha, del (neo)fascismo y nazismo, y con ello, los valores que los acompañan: supremacía racial, clasismo, racismo, xenofobia, violencia… es decir, el regreso a los discursos de hace ¡casi un siglo!; es confirmado por el aumento de los escaños de Partidos de ultraderecha en el Parlamento Europeo y el éxito de estos grupos en países como Francia en sus recientes elecciones parlamentarias, en las que logró aumento su representatividad; el caso de Italia, país en el que se consolida su avance con Meloni; Alemania con un impulso a la derecha, entre otros.
En esta coyuntura de lo real, resulta curiosa la situación que desarrolla la película en la cuál desde un salón de clases se puede reproducir no solo una ideología, sino que una praxis de una dictadura.
Pero sin perder de vista la colonización y desplazamiento del pueblo Palestino, y retomando la tesis de Gramsci, tenemos que reformular el sentido común de nuestra civilización.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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