El Presidente dice que se deben descartar motivos como el enriquecimiento vía la corrupción; que quien se dedique a la política, no debe ser racista o clasista. Menos, el que no le tiene amor al pueblo. A quienes hayan sido manchados con estos vicios, se les puede llamar politiqueros, oportunistas, arribistas y lambiscones, achichincles o cualquier cosa, menos políticos, porque éste es un noble oficio. Y se refiere a Marcelo Ebrard, de quien dice que le da gusto que haya tomado la buena decisión de no separarse de este movimiento. A fin de cuentas, reculó en el filo de la oportunidad de irse tras muchas amenazas para ser abanderado presidencial por movimiento ciudadano, o quedarse, amagando con la entrega de escaños en las cámaras para quienes ofrendaron su militancia al partido, en aras de defender un movimiento dentro de morena, aún y cuando está prohibido por estatutos que lo haya.
Este lunes, después de una larga e innecesaria expectativa para no ver cumplidas las exigencias del corcholato inconforme por no haber ganado en la encuesta que definió a quien hoy lleva adelante los trabajos de defensa de la Cuarta Transformación y que es, naturalmente, quien será nuestra candidata a la presidencia por la coalición Juntos Hacemos Historia, escuchamos una conferencia de prensa de justificaciones y advertencias, que no del compañerismo y la humildad que se esperaría en una situación de este tipo.
Es innecesario hacer otro recuento de las muchas condiciones que Ebrard impuso y que, con tal de no ser causantes de la ruptura que se preveía incluso, antes del momento procesal que llevaría a los muchos pretendientes, a subirse o bajarse de la contienda interna. Y menos aún, por desagradables, las múltiples acusaciones que sus fuerzas básicas vertieron en las diferentes instancias -redes sociales o la Comisión de Honestidad y Justicia-, además de las autoridades electorales, poniendo en riesgo todo el proceso interno del partido, con la posible consecuencia de que el INE y el Tribunal Electoral, tan proclives a no ser imparciales con morena, tuvieran oportunidad de meter la mano en la definición del proceso y de los nombres, como si hubiera mucha necesidad de darles oportunidad de tutelar todo lo interno.
Llegado el día del recuento y publicación de resultados, los dizque golpes y ataques a su gente, fueron la gota que derramó el vaso y con esas premisas, se instauró un proceso ante la dicha comisión para que resolviera la reposición del procedimiento o incluso, evitar el proceso mismo y nombrar al quejoso directamente ganador de una encuesta que lo convirtiera en candidato presidencial, sin tener que pasar por la monserga de ir a hacer el trabajo territorial que es símbolo inequívoco de nuestro movimiento, desde siempre. Y entonces, desde el 10 de septiembre, hasta el lunes 12 de noviembre, tuvo en vilo a sus seguidores, quienes no se midieron en los insultos contra nuestra coordinadora o la militancia, y como símbolo de que hay que irse con pies de plomo con quienes le apoyaron, fueron capaces de presentar propuestas presupuestarias y levantar reservas en contra del presupuesto enviado por el presidente y avalado en comisiones por nuestros representantes de morena-PT-Verde, que han sido históricamente a favor de los proyectos más importantes para la 4T, que son la salud, la educación, las obras de infraestructura y además, disminuir los techos de privilegios del tercer poder, el judicial.
Así, cerraron con broche de oro los actos de traición disfrazados de integridad intelectual, en espera de que finalmente, Marcelo se decidiera a anotarse como candidato para el partido de Dante. Solo que, en el ajedrez político, un movimiento puede cambiar el tablero por completo y Samuel García, con todo el carisma que no posee, doblegó al Congreso del “Nuevo Nuevo-León” y se auto adscribió precandidato, robándole reflector al indeciso, pues llegó en compañía de Marianita y su bebé, a ser el candidato más joven, con pasado legislativo y con más propuestas presentadas en sus tareas de congresista y sin pasado robalero en otras definiciones partidistas.
Así pues, con el rabo entre las… perdón, haciendo acopio de una alta responsabilidad política, Marcelo dio una conferencia de prensa donde cometió algunas indiscreciones, que deben ser puestas bajo la lupa porque son la premonición de lo que empezará a hacer con tal de aparecer en la boleta del 2030: quiere tener representantes en puestos estratégicos dentro del partido, no quiere que se estigmatice a quienes no tienen empacho en seguirle en su camino de ¿México?; y lo peor, sigue insistiendo en que es la segunda fuerza dentro del partido, desconociendo por completo lo que nuestros estatutos señalan en los artículos 2 y 3:
- erradicación de la corrupción y los privilegios a que se han asociado de manera dominante los cargos públicos;
- (que a quienes se asuman) Protagonistas del cambio verdadero, no los mueva la ambición al dinero, ni el poder para beneficio propio;
- que busquen siempre la unidad y causas más elevadas que sus propios intereses, por legítimos que sean;
- que se luche por constituir auténticas representaciones populares;
- rechazar la práctica de la denostación o calumnia pública entre miembros o dirigentes de nuestro partido;
- (desde luego, no permitir) acuerdos o negociaciones políticas pragmáticas y de conveniencia con grupos de interés o de poder; y
- que no se permiten corporativismos de ninguna índole; sin que se permitan facciones, corrientes o grupos que vulneren la soberanía del partido, es decir, su capacidad exclusiva de dirección general.
Para cerrar esta columna, solo debo decir que al principio del proceso de las corcholatas, el Presidente pidió encarecidamente que se evitara dar espacio a los medios que están por completo opuestos a este Gobierno, y ni dos horas después de haber salido con su discurso “rarito”, apareció con López-Dóriga para no defender el proyecto que encabeza Claudia Sheinbaum, inconformándose hasta con el nombre del “segundo piso”; y sin frenar las insidias del periodista al señalar que el presidente es el responsable de la polarización que, según él, vivimos desde su sexenio.
Entonces, solo habrá que ver cuántos días-semanas-meses podremos confiar en la buena voluntad de quien se ha propuesto ganar un lugar en una boleta presidencial, a toda cosa, aún en contra de la ley interna del partido, pero más, contra los principios personales y políticos de quien es y ha sido, el líder e ideólogo de la izquierda y mejor presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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