La búsqueda por alcanzar la transformación del país es un trabajo constante que no se logra de un día para otro ni, en este caso, en una administración de seis años. Conseguir el cambio en la vida pública de una nación requiere de un compromiso personal, político, cultural e ideológico.
Sin justificar las acciones de nadie y, por el contrario, haciéndolos responsables de sus actos desleales, es lógico y entendible que, después de más de un siglo de formación política, quienes actualmente se encuentran en el poder hayan crecido con una ideología errónea que asume que la política es solo un medio para enriquecerse.
Es necesario un compromiso real y genuino para cambiar esa perspectiva. Nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador es un claro ejemplo de quien asumió el poder rompiendo con los paradigmas de la formación política instaurados en el país, dentro de su propia institucionalidad. Sin embargo, es normal que aún existan personajes que utilicen el poder para enriquecerse o para ejercerlo como influencia. Ningún partido se escapa de esta realidad.
Ahora que Andrés Manuel se ha alejado de la vida pública, es responsabilidad de quienes realmente compartimos su ideología y buscamos un cambio para el país, convertirnos en la verdadera oposición, incluso dentro del mismo movimiento. Ser simples aplaudidores solo provocaría que se viciara el proceso y se convierta en otro fracaso por alcanzar la justicia social.
Dicho esto, quisiera hacer referencia al exalcalde de Ecatepec y actual diputado federal del Partido del Trabajo y aliado de la 4T, Fernando Vilchis Contreras, un personaje que conozco bien. He seguido su trayectoria política y, en mi historia laboral, colaboré con él, diseñando sus discursos y trabajando en su búsqueda por la gubernatura del Estado de México. Con conocimiento de causa, debo decir que este personaje se dejó cooptar por el poder y, como bien decía AMLO, se convirtió en un vulgar político que buscó el poder por el poder, y el enriquecimiento a costa del sufrimiento de las personas. Fue esa razón, entre otras, por la cual dejé de trabajar con él.
En las últimas semanas se ha difundido que personal del Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Ecatepec (SAPASE) bloqueó las entradas y salidas del municipio, alegando un incumplimiento en el pago de sus salarios y prestaciones. Esta noticia me hizo recordar un episodio vivido en este municipio en 2022, que marcó el primer descontento con esta administración. Previo a la selección de candidato para el Estado de México, Fernando Vilchis solicitó a todo el personal del municipio, el cuan asciende a 4 mil personas, 15 nuevas afiliaciones a Morena, amenazando con castigar a quienes no alcanzaran el objetivo, incluso dejándolos sin el pago de su quincena. Por supuesto, me negué a cumplir tal mandamiento y reporté la situación; no obstante, la conveniencia en turno impidió que dicha acusación procediera.
Otro de los pasajes de corrupción que tuve la oportunidad de observar en el municipio fue el enriquecimiento desmedido de la familia Vilchis Contreras, y cómo utilizaban el Sistema Municipal DIF, con la complicidad de su esposa Esmeralda Vallejo, para buscar sus aspiraciones políticas. Es importante destacar que Esmeralda Vallejo fue la propuesta de Fernando Vilchis para contender por la presidencia municipal, pero Morena descartó dicha aspiración. Fue entonces cuando Fernando Vilchis se sumó al Partido del Trabajo.
Es curioso que, a pesar de las corruptelas de este personaje, el Partido del Trabajo lo aceptara sin mayor razón, pero tampoco me extraña. Actualmente, parece que este partido ha perdido su rumbo, y el dinero y el poder han cooptado sus principios. Basta con ver lo que Circe Camacho está haciendo en Xochimilco y cómo ha introducido en su gobierno a familiares cercanos. La directora de Medio Ambiente, el titular de la Dirección General de Inclusión y Bienestar Social, el subdirector de Verificación y Reglamentos, y el subdirector de Comercialización y Fomento Cooperativo son todos familiares directos de la alcaldesa. Además, Gerardo Enrique González, pareja de Circe, operó la Jefatura de Unidad Departamental de Vía Pública.
Lo mismo ocurre con Ricardo Monreal, uno de los personajes más influyentes de Morena y actual coordinador de los diputados. Su hija, Catalina Monreal, fue candidata para la alcaldía de Cuauhtémoc, su hermano David es el actual gobernador de Zacatecas, Saúl es senador por el mismo partido, un hermano trabaja en el gobierno de Sinaloa, una hermana en el gobierno de Zacatecas, otra en el consulado mexicano de San Antonio, Texas, y otra más en el Poder Judicial.
Entiendo que, cuando existen credenciales de buen trabajo y lucha, no importa si eres hijo, esposa, esposo, hermano, hermana, sobrino o familiar de alguien más. Sin embargo, en el caso de Fernando Vilchis y Circe Camacho, sus actos han sido desleales y van en contra del movimiento que decían apoyar.
Es fundamental, entonces, que se haga una reflexión profunda sobre el rumbo que está tomando nuestro país. ¿Realmente estamos luchando por un cambio verdadero, o simplemente estamos intercambiando un grupo de privilegiados por otro? Los actores políticos deben dejar atrás los intereses personales y poner al pueblo y la justicia social como su prioridad, así como las enseñanzas de Andrés Manuel López Obrador. Solo así podremos aspirar a una transformación genuina que, más allá de las promesas vacías, se traduzca en bienestar para todos los mexicanos.
Estamos ante una encrucijada histórica. Si permitimos que la corrupción siga siendo parte del panorama, cualquier intento de cambio será en vano. No se trata de un ajuste entre facciones dentro de un mismo movimiento; se trata de un compromiso con los valores fundamentales de justicia, equidad y honestidad. Es hora de poner un alto, de exigir responsabilidad a quienes traicionan el mandato popular, y de recordar que el verdadero poder radica en el pueblo, no en unos cuantos privilegiados que juegan con el destino de la nación.
Es momento de actuar con determinación, con la convicción de que, si no actuamos ahora, perderemos la oportunidad de transformar realmente a México. No dejemos que este sueño de cambio se convierta en otro espejismo más y la lucha de miles de mexicanos que llegamos en 2018 se evapore en tan poco tiempo.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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