Las pensiones del Bienestar, que se convirtieron en derecho constitucional, resultan un buen apoyo, especialmente para los adultos mayores de 65 años, pero sin otro ingreso se vuelven insuficientes. Afortunadamente la decisión presidencial las hará aumentar cada año.
Por otro lado, desde el sexenio de Ernesto Zedillo, en la misma legislatura que aprobó el FOBAPROA que sigue saqueando al país en favor de una banca voraz e irresponsable, las pensiones de los trabajadores se hicieron polvo, en buena medida por la inacción del IMSS en aquellos años, por la desinformación y por el miedo a perder el empleo, lo que motivó el silencio de los trabajadores.
Hay más responsables de que las pensiones de los trabajadores se vuelvan miserables como producto de la ley de 1997, además del Congreso de aquellos años, los sindicatos que se quedaron mudos o los obligaron a callar a billetazos o con amenazas, pero el más importante es quien se benefició directamente con el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el propio Ernesto Zedillo Ponce de León. La 4T sigue endeudada con los miles de trabajadores que fueron afiliados al IMSS después de la promulgación de esa ley. Bien podría derogarse y volver al esquema que permitía pensiones dignas equivalentes al salario de cada trabajador y trabajadora tomando en cuenta su edad y las semanas de cotización.
Hoy, con más de 1,300 semanas y un salario de 14,000 pesos mensuales, un trabajador de 65 años afiliado al IMSS en 1998 y con fondos en su AFORE cercanos a 450,000 pesos, recibirá una pensión mensual de poco más de 7,000 pesos mensuales, que pueden llegar a reducirse a la mínima que da el IMSS cuando se agoten sus ahorros, de los que no recibirá ni un centavo al retirarse a pesar de ser su propio dinero.
Hay que referir que, a pesar de la reforma que entra en vigor el próximo año, la situación para todos los afiliados al IMSS después de 1997, esto seguirá siendo la constante para estas generaciones.
Una ley tan injusta y ventajosa para las administradoras de esos recursos que, dicho sea de paso y como verdad, le pertenecen a cada trabajadora y a cada trabajador, debe ser derogada para adoptar una que la substituya y tome lo mejor de la legislación anterior, obligando a las administradoras de las AFORES a mejorar los rendimientos.
Por otro lado, y previniendo el posible daño al presupuesto federal, sería muy útil que las empresas que ganan más, contribuyan con más recursos, haciendo viable que las pensiones sean realmente dignas para quienes han dejado su vida en su trabajo cotidiano, además de que ya es tiempo de reducir o desconocer la deuda generada por el FOBAPROA, que hizo que las deudas privadas ser convirtieran en públicas afectando, sobre todo, a quienes podíamos aspirar a una jubilación y retiro dignos y sin sobresaltos.
Las pensiones para que las personas que hemos entregado nuestra fuerza de trabajo, nuestra inteligencia y todas nuestras capacidades para nuestro sustento diario, pero también para el beneficio de algún patrón y en gran medida para el bien de nuestro país, deben garantizar que nuestros últimos años de vida no se conviertan en una constante penuria para nosotros mismos y nuestras familias.
La dignidad y tranquilidad de los adultos mayores en México, sigue siendo una asignatura pendiente para el Estado Mexicano y una responsabilidad evadida por la patronal. Es preciso que la 4T actúe con más firmeza y valentía en este sentido. No se puede tener un país rico con viejos pobres.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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