El poder económico continúa su embate contra el pueblo. ¿Qué debe hacernos para que pueblo y gobierno decidamos ponerlo en su lugar?
Somos un pueblo que ha aprendido a hablar de política, a conocer su historia y su gobierno; AMLO nos dejó una herencia inconmensurable al darnos los sólidos cimientos de una transformación cultural, social y política. Sin embargo, no hemos sabido dar el siguiente paso para consolidarnos como pueblo con una firme conciencia social y poder ser participes directos de los modos de producción, logrando con ello la autosuficiencia como país, pero es necesario que el Estado tome las riendas del poder económico.
Es entendible que en la primera etapa de la transformación, con AMLO, el gobierno tratara de llegar a acuerdos, hacer alianzas, tomar medidas que ayudaran tanto al más pobre como al más rico.
Hubo muchos y grandes cambios que el poder económico tomó como afrenta, como obligarlos a pagar impuestos. Por muchos años fueron dueños de todo y dentro de esa lógica quisieran permanecer.
No obstante, es urgente dar otro paso a la izquierda; sin temor, sin conmiseraciones. No pueden estar las minas en manos de unos cuantos. Aunque la ley recientemente aprobada Reforma del Poder Judicial también abona a la construcción del nuevo México, pasamos por un “ínter” en el que los otrora dueños del país tienen oportunidad de elucubrar sin descanso y a todo vapor, para tumbar leyes ya aprobadas, como es el caso de la ley minera.
Antes de la ley minera aprobada en el periodo de AMLO, las empresas de dicha materia no pagaban por las múltiples afectaciones causadas a los pobladores de las comunidades, por el daño al ambiente, por las enfermedades, por los ríos y los terrenos arrebatados, etc., hoy deben dar el 5% de lo producido; las minas se concesionaban por 100 años, ahora es por 80, además de quedar prohibidas las nuevas concesiones.
A pesar de que muchas minas siguen concesionadas, por insatisfacción y ambición, los poderosos, quienes tienen la Corte de su lado, han metido un amparo con la intención de mover las aguas y levantar olas hasta lograr la inconstitucionalidad. Tres ministros, aliados de Piña, intentan coronarse con tal acto.
En caso de declarar la reforma como inconstitucional, el suelo mexicano seguirá siendo ofertado al extranjero, la explotación será desmedida, como en tiempos neoliberales, cuando EU, Canadá, España y otros países, se adueñaron de gigantescas extensiones de tierra, apropiándose también de muchos cuerpos de agua, de vastas riquezas minerales, explotando minas incluso dentro de reservas ecológicas, dañando gravemente a miles de mexicanos con pobreza y enfermedades incurables.
Es tiempo de decir, YA BASTA! Los cimientos de la transformación, fueron puestos con el mejor material. No podemos permitir retrocesos.
SI EL PODER ECONÓMICO DA MADRUGUETE, EL GOBIERNO TIENE EL AVAL DEL PUEBLO PARA RECUPERAR LO QUE A TODOS NOS PERTENECE, incluso, con la expropiación.
No podemos permitir que se nos vuelva a arrebatar una riqueza que AMLO se esmeró en regresar a las manos de su verdadero dueño: ¡EL PUEBLO!
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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