Estando el suelo tan parejo… En realidad, podría ser una suposición eso de que el suelo realmente está parejo en MORENA, al menos de cara a la contienda interna para elegir a quien habrá de ser el, o la sucesora de López Obrador. En lo que si está bastante parejo el suelo (especialmente entre los visibles punteros) son la andanada de descalificaciones que irán acompañando el proceso, de aquí a que se realicen las encuestas.
El caso es que, conforme avanza el tiempo, pareciera que se aceleran las posiciones en la que los diferentes operadores políticos afínes a MORENA, comienzan a acomodarse y decantarse por uno u otro de los aspirantes. Aunque en honor a la verdad, la contienda real terminará siendo entre Sheinbaum, Ebrard y el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López. El senador Ricardo Monreal pocas posibilidades tiene por la animadversión que genera dentro y fuera del partido guinda. Quizá por esa razón, hoy sus visibles operadores se la pasan recorriendo la CDMX pregonado por todos lados que es casi un hecho su candidatura a gobernar la capital del país.
La contienda sin duda irá generando nuevos enconos entre los simpatizantes, sin embargo, alguien de manera contundente debería de comenzar a ponerles un alto, especialmente porque pareciera que no dudarán en recurrir a la bajeza y a la eterna maña del agandalle y engaño para tratar de sorprender a la militancia que, por cierto, por ningún lado pareciera estar representada. Nuevamente, como sucedía antaño en el PRD, se vuelven a priorizar los acuerdos cupulares y las ambiciones tribales (aunque dicen que ya no existen), por encima de lo verdaderamente importante; es decir, nuevamente se priorizan los intereses de grupo, dando más importancia al personaje que al proyecto. Ese proyecto que hoy está en juego y que sufre los embates de la derecha. Cabe hacer una aclaración muy pertinente en estos días: no, no se trata de la oposición en sí, se trata particularmente de la derecha, pues mientras muchos partidos se desdibujan en su ideología, el PAN se decanta todavía más hacia la ultra derecha conservadora de amplísima doble moral.
Por supuesto que los tres principales contendientes de MORENA poseen amplio margen para alzarse con el triunfo en 2024 y es claro que un alto porcentaje de ese margen se le atribuye a López Obrador, lo que genera dudas es, realmente quien reúne las cualidades necesarias para continuar con el proyecto y, sobre todo, de cerrar la puerta de manera tajante a lo que representan las viejas prácticas políticas y los grupos de poder a los que se les cuecen las habas por colarse en los equipos de los aspirantes. Ahí radica el verdadero problema pues, mientras entre las filas de un (una) aspirante, hay quienes son expertos en crear equipos para secuestrar al (la) aspirante; en otros lados tienen a quien pueda secuestrar a esos equipos. No hay que darle muchas vueltas, actualmente existen equipos de colaboradores que a toda costa limitan el acercamiento de simpatizantes, mientras que otros aspirantes (en particular uno) es altamente capaz de ejercer el control total sobre grupos de poder enquistados en la administración pública desde hace años.
A varios simpatizantes y militantes de MORENA les he realizado dos preguntas: ¿Quién quieres que sea el candidato y quién crees que será el candidato? Por desgracia, la respuesta se queda en la aspiración personal y no he logrado una respuesta que acompañe un análisis objetivo sobre lo que realmente conviene al proyecto. Dicho de otro modo, la respuesta es: el mejor es el mío, porque es el mío. En fin, ojalá que la dirigencia de MORENA logre conducir el proceso dentro de los márgenes de la certeza, la prudencia y la sensatez, porque vaya que se llevan pesado al interior; por cierto, si estos valores no logran priorizarse desde los propios contendientes, van a complicar el proceso de transformación en el que algunos creemos y sobre todo, pondrán en riesgo algo más que la propia elección.
Por último y sin afán de restarle objetividad a las líneas expresadas aquí, valga un ejemplo de cómo se las vienen gastando: un aspirante actualmente representa bien, pero es soberbio (y su equipo más); un aspirante es inalcanzable para la militancia (posee un equipo que no deja pasar a nadie), a parte, eso mismo le complica equilibrar el territorio; y otro aspirante resuelve más problemas de los que genera. Aquí el lector ponga el nombre cómo dicte su conciencia… y los hechos.
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