Ovidio Guzmán López, hijo de “El Chapo”, se declaró culpable ante una corte en Illinois por cargos de narcotráfico, lavado de dinero y asociación delictuosa, como parte de un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos que incluye su cooperación total a cambio de una posible reducción de sentencia.
El líder de “Los Chapitos” aceptó entregar 80 millones de dólares y proporcionar información veraz que podría impactar en juicios criminales, civiles o administrativos. También renunció a apelar cualquier parte del proceso y reconoce que su condena podría conllevar la deportación inmediata si no es ciudadano estadounidense.
El pacto detalla que Ovidio operaba como colíder del Cártel de Sinaloa entre 2008 y 2023, supervisando el tráfico de toneladas de cocaína, heroína, metanfetamina, marihuana y fentanilo hacia Estados Unidos y Canadá. Las drogas eran transportadas por medios aéreos, marítimos y subterráneos, incluso mediante túneles transfronterizos.

La acusación también lo vincula con el uso de violencia y corrupción: secuestros, asesinatos, sobornos y ataques armados contra fuerzas del orden y rivales. Se le atribuyen los homicidios de tres personas entre 2018 y 2021. Coordinaba además con sus hermanos y otros colaboradores la producción y distribución de drogas.
El acuerdo contempla una posible cadena perpetua, aunque la cooperación podría reducir su sentencia. La Fiscalía evalúa su historial criminal como bajo, pero debido a la gravedad de los delitos, el nivel de sentencia se ubica en el máximo.
La declaración de culpabilidad de Ovidio podría convertirse en un golpe estructural contra el Cártel de Sinaloa, al abrir rutas de información clave sobre el tráfico de fentanilo y sus vínculos financieros y políticos.
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