“Outsourcing”, el cáncer que nos dejó el neoliberalismo

Opinión de Mónica "La Diosa de la Justicia"

La figura del outsourcing surge como una herramienta para facilitar a las empresas el contar con servicios relacionados con ciertas actividades que no es necesario contratar personal directamente por la empresa, por ejemplo, servicios de vigilancia.

De esa manera se comienza a utilizar en los años 70 con empresas especializadas en servicios de vigilancia y limpieza, principalmente, luego se comenzaron a utilizar servicios de comedor, mantenimiento, tecnología, sistemas de información, mantenimiento de sistemas, procesamiento de datos, etc. 

Esta práctica se va expandiendo, y a mediados de los años 80 cobra mayor fuerza debido a la flexibilidad que se tenía para contratar servicios externos para algunos procesos de producción y a la reubicación de recursos y servicios que permitían la maximización y especialización de los negocios. 

Sin embargo en los años 80 y 90s durante el auge del neoliberalismo en México, estas practicas se comienzan a utilizar por empresas que se dan cuenta que haciendo uso de esa figura pueden encontrar estrategias fiscales que les permitieran ahorros y deducibilidad de impuestos. 

Es por ello que muchas empresas comienzan a hacer uso y abuso de esa figura y empiezan a contratar el suministro de personal, con el objeto de evadir responsabilidades patronales, así como dejar de inscribir a sus trabajadores en el seguro social, quitar derechos laborales y de seguridad social, como antigüedad en el trabajo y derecho a una pensión y también retoman esas prácticas para privar a los trabajadores del reparto de utilidades.

Ello es así ya que las empresas en lugar de contratar trabajadores llevan a cabo contratos de prestación de servicios, reduciendo al trabajador a simple mercancía que se suministra de una empresa a otra, nadie se responsabiliza de los derechos laborales ni de seguridad social de los empleados, ya que nadie es su patrón, los trabajadores quedan en el limbo sin poder exigir sus derechos.

Ese abuso llega a su máximo cuando el ex presidente Felipe Calderón decide legalizar esas prácticas fraudulentas y abusivas y reforma la Ley Federal del Trabajo para introducir dicho esquema, dañando ampliamente los derechos laborales y de seguridad social.

En efecto Felipe Calderón pasando por alto los derechos laborales decide llevar a cabo un proyecto de Reforma a la Ley Federal del Trabajo, señalando en la exposición de motivos y proyecto de reforma, lo siguiente;

Como podemos observar, Calderon aprovecha la crisis y contingencia sanitaria de 2009 para quitar derechos a los trabajadores, legalizando de forma inconstitucional la llamada outsourcing, ya que preocupado por el sector empresarial y no por los trabajadores, refiere que es una forma de incrementar la productividad de las empresas.

• Subsisten condiciones que dificultan que en las relaciones de trabajo prevalezcan los principios de equidad, igualdad

Reforma que fue promulgada por Felipe Calderón al final de su sexenio y alcanzó mayor auge durante el sexenio de Peña Nieto, en donde se acrecentaron de manera indiscriminada los outsourcing, lo cual también dio pie a la creación de empresas fantasma, factureras y operaciones simuladas.

En tales circunstancias es que al final del sexenio de Peña Nieto, han aumentado las empresas abusivas y fraudulentas, los trabajadores carecen de derechos laborales y de seguridad social, lo que facilita despidos injustificados, sin ninguna responsabilidad para el patrón y sin tener derecho siquiera a una indemnización el trabajador.

Este abuso lo detecta nuestro presidente, Lic.  Andrés Manuel López Obrador y decide llevar a cabo una reforma a la Ley Federal del Trabajo, para terminar con esos esquemas abusivos, por lo que emite el siguiente DECRETO, publicado en el Diario Oficial de  la Federación el 23 de abril de 2022.

Estas fueron las palabras de nuestro presidente al haber llevado a cabo la promulgación del decreto precisado:

“Ahora se logra esto, que es hacer a un lado la simulación, la subcontratación que en casi todos los casos se llevaba a cabo para no reconocerle derechos a los trabajadores, sus prestaciones, por eso en diciembre, sin motivo alguno (…) se despedía a 300, 350 mil trabajadores. Se terminaban los contratos y luego se les volvía a contratar para no pagarles aguinaldos y otras prestaciones”, apuntó.

Como podemos ver, la reforma promulgada por nuestro presidente deroga los artículos que inconstitucionalmente había incorporado el gobierno del PAN y fortalecido el gobierno del PRI para favorecer las prácticas abusivas de los empresarios, pero nuestro presidente busca terminar con esos abusos y que se le devuelva a los trabajadores sus derechos arrebatados por los gobiernos neoliberales.

A grandes rasgos, esta modificación prohíbe la subcontratación de personal, es decir, que ahora ninguna Empresa puede poner a empleadas y empleados propios a trabajar en beneficio de otra Empresa con el mismo objeto social. Dicho de otro modo, esta reforma pone fin a esquemas laborales en que una persona trabaja para una Empresa, pero su contrato no está firmado por dicha Empresa, sino por otra.

Las modificaciones al outsourcing implicaron la reforma a siete leyes: la Ley Federal del Trabajo, la Ley del Seguro Social, la Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, el Código Fiscal de la Federación, la Ley del Impuesto sobre la Renta, la Ley del Impuesto al Valor Agregado y la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado.

Para muchas Empresas, esta reforma al outsourcing significó incorporar a su nómina a empleadas y empleados que laboraban para ellos, aunque estaban contratados por una Empresa diferente. 

Según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social, antes de la reforma unos 5 millones de personas trabajaban en el esquema de subcontratación; de ellas, a inicios de agosto, la mitad ya habían migrado a ser contratadas directamente por las Empresas para las que trabajan. 

Este cambio es positivo para las trabajadoras y trabajadores, ya que les aporta beneficios como acceso a la seguridad social, reparto de utilidades, reconocimiento de antigüedad, entre otros.

Sin embargo, siguen existiendo empresas fraudulentas que le dan la vuelta a la ley y abusando de que la reforma laboral sí permite  la subcontratación de servicios especializados o de ejecución de obras especializadas que no formen parte del objeto social ni de la actividad económica preponderante de una Empresa, es que ahora todas esas empresas abusivas están llevando a cabo contratos de suministro de personal de servicios especializados, es decir ahora ya todo es servicio especializado y siguen cometiendo sus simulaciones haciendo abuso de que la ley permite servicios especializados.

No obstante que la ley establezca para las Empresas que prestan este tipo de servicios “especializados la obligación de inscribirse en el Registro de Prestadoras de Servicios Especializados u Obras Especializadas (REPSE), padrón a cargo de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS). Para poder registrarse, estas Empresas debían acreditar que cumplían con sus obligaciones en materia fiscal y de seguridad social. Este padrón es público y las Empresas deben renovar su registro cada tres años. 

Sin embargo la ley dejó abierto el concepto de “especializado” y ha dado paso a que todas esa empresas fraudulentas, simuladoras, acudan a registrar todas sus actividades como servicios especializados y obtengan diversos registros REPSE, para seguir llevando a cabo sus fechorías.

Es decir, esas empresas que se dedican a ese tipo de actos, han creado empresas con diversos objetos sociales y han acudido a solicitar diversos registros (REPSE), y la Secretaria no puede negarlos, y ahora resulta que ya todas las actividades son especializadas y cuentan con diversos registros y siguen cometiendo sus abusos en todos los aspectos, tanto de dañar los derechos de los trabajadores, como la creación de empresas fantasma para simular y evadir impuestos.

En tal virtud es que se requiere legislar para poner limites al concepto de “especializados” solo dejar dentro las verdaderas actividades que lo sean y no permitir el abuso que se está dando por esas empresas sin escrúpulos y que siguen dañando los derechos laborales y siguen simulando y evadiendo pago de cuotas obrero-patronales y deduciendo ISR indebidamente.

El outsourcing es un cáncer que nos dejó el neoliberalismo y que debemos seguir combatiendo, no es fácil, por eso no debemos permitir el regreso de los neoliberales que tanto daño nos han hecho y debemos continuar con el proyecto de transformación de nuestro presidente, hasta lograr terminar con ese mal. 

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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