La unánime declaratoria de culpabilidad en una corte federal de los Estados Unidos de América sobre Genaro García Luna, por narcotraficante, generó un nuevo impulso político en la de por sí apreciada figura presidencial de López Obrador. Prácticamente le ofreció en charola de plata, al ejecutivo federal, un viejo cofre confiable repleto de cartas comodín para que sus apoyadores las usemos hasta el próximo primero de octubre de 2024: “ya ven, Andrés Manuel tiene razón”.
Harto cuidado, la salpicada al sistema político mexicano no debe echarse en saco roto. Hay mucha hebra multicolor de donde jalar.
Es importantísimo que se generen, o se actualicen, las archivadas carpetas de investigación desde la Fiscalía General de la República contra los mencionados en el juicio y todos aquellos quienes a lo largo de la carrera criminal de García Luna, tuvieron relación con él. Sin importar su estatus de quiénes fueron o quiénes son. Que se llegue hasta las últimas consecuencias y se enjuicien en México. La puerta está abierta.
Por supuesto que deben ser llamados a rendir cuentas los ex presidentes Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa por todo el tráfico de drogas que le permitieron acarrear a su subordinado. Pero no olvidemos también a Peña Nieto quien debió haber dado el “ok” a Osorio Chong para que desde la Secretaría de Gobernación, adjudicara contratos a prestanombres de Genaro García Luna por un monto superior a los 450 millones de dólares. Recordemos que todo crimen es rastreable si se sigue el camino del dinero.
Muchos son los involucrados y deben ser conminados a rendir explicación de sus actos, para de ser necesario: ¡los paguen!
Y en este sentido de encontrar los fondos de los vínculos, me inquieta mucho el recordar las palabras de mis sabios abuelos, “piensa mal y acertarás”. Aunque mi deseo procura encontrar equivocación en el siguiente caso y que todo quede en sólo una chafa corazonada. Pero, si ya le pasó a Calderón con García Luna, ¿podría pasarle a Sheinbaum con García Harfuch? Existen indicios de que durante su paso por la Policía Federal en algunas ocasiones no aprobó de manera sobresaliente sus exámenes de confianza.
A Omar García lo precede su alcurnia política, heredada de su abuelo y su padre, ese currículum personal terminó por convencer a los asesores de Claudia y a ella misma, de integrarlo al Gobierno de la Ciudad de México. Lo de su paso por la Policía Federal de Genaro García y Cárdenas Palomino no encendió los focos rojos en aquel entonces pero con el actual hervidero, no estaría de más considerarlo de nuevo.
Es de llamar la atención que los culpables de los dos atentados más mediáticos en el actual sexenio de Claudia tengan como común denominador al Cártel Jalisco Nueva Generación. Los liderados por “El Mencho” atacaron las camionetas blindadas de Omar García y de Ciro Gómez Leyva. ¿Pinta para una mini guerra entre CJNG y Del Pacífico por la CDMX?
Ojo Sheinbaum, ya le pasó a Calderón.
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