El político más importante en la vida contemporánea de México y el más querido, se retira dejando no solo un legado al pueblo (del cual hablé en mi anterior columna), sino que además un modelo a seguir para la esfera política, siendo una de las enseñanzas, el retirarse a tiempo, el soltar el poder.
Haciendo un escaneo de los gobiernos de izquierda de Latinoamérica, algunos han repetido el mismo error, la reelección. Fidel en Cuba, Lula en Brasil, Evo en Bolivia, Maduro en Venezuela, por mencionar algunos de los más sonados; y aunque cada país tiene sus particularidades, esta decisión afecta más de lo que se ve a simple vista. Crea estructuras de poder inamovibles que no permiten la renovación de liderazgos, genera un estancamiento de los movimientos progresistas y desincentiva la participación ciudadana.
El obradorismo, al igual que el maderismo se ha convertido en símbolo del “sufragio efectivo, no reelección”, y esto coloca una vez más a AMLO como un gran líder de la izquierda en toda nuestra América. Así como México proviene de metztli: luna y xictli: ombligo; es decir, “en el ombligo de la luna”, Andrés Manuel López Obrador ha convertido a nuestro país en el centro de la política como un ejemplo a seguir respecto nuestros países hermanos.
Analistas, politólogos e incluso periodistas han venido a México para aprender sobre el proceso que se esta llevando acabo en nuestro país y poder llevar está transformación a sus países desde sus trincheras. Puedo dar fe de ello.
Así pues, López Obrador soltó el poder y con ello añadió al obradorismo, a toda esa nueva cultura política, una izquierda democrática siempre a favor de la voluntad popular. Con estos principios, este movimiento lejos de marchitar, está vivo de esperanza y la muestra esta en que el Presidente se retira con un 77% de aprobación y la Presidenta Claudia Sheinbaum logra superar los votos obtenidos por el propio López Obrador en 2018.
En consecuencia, este martes 1 de octubre, día en que se pública este artículo, toma protesta la primera PresidentA de nuestro país, cuyo gobierno estaré analizando en mis próximas columnas.
Cierro esta columna con las siguientes palabras: Entre la gente continua y continuará el quebrantante suspiro que no es capaz de cesar, pues se va aquel líder social que al cual no solo vieron luchar sino que acompañaron en el combate.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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