A don Enrique Florescano
QDEP.
Quizá piensen que la frase con que titulo este texto sea contradictoria. Verán que no…
El Movimiento de Regeneración Nacional que encabeza Andrés Manuel López Obrador tomó posesión de la Presidencia de la República el 1º de diciembre de 2018. Ese día, en San Lázaro, inició formalmente la Cuarta Transformación de la vida pública nacional. Digo “formalmente” porque, en efecto, desde julio anterior, cuando arrasó en las elecciones federales, el candidato electo comenzó a ejercer buena parte del control político de este país. Pero tomemos como referencia el arranque oficial del sexenio para señalar que la 4T empezó hace tan sólo 51 meses.
Con López Obrador terminó la era de los gobiernos neoliberales. Esto es un hecho indiscutible: la oposición y todas las fuerzas fácticas del régimen anterior así lo consideran, de ahí su descontrol y enojo furibundo. El período neoliberal comenzó el 1º de diciembre de 1982, cuando Miguel de la Madrid se convirtió en presidente de México. En su discurso de toma de posesión, el economista colimense dijo: “Vivimos una situación de emergencia… La situación es intolerable”. Y así habríamos de seguir, de crisis en crisis… Considerando además los cinco sexenios prianistas que continuaron, tres priístas y dos panistas, aquella era se dilató durante largos 36 años, esto es, 432 meses. Así, el primer gobierno de la 4T ha durado apenas el 12% del tiempo que se prolongó la noche neoliberal.
La tercera transformación nacional, la Revolución Mexicana, movimiento que habría de terminar con casi 35 años de dictadura porfirista, estalló hace 1,348 meses, y la Constitución que habría de redefinir el Estado mexicano, la de 1917, se promulgó hace ya 1,272 meses.
La segunda transformación nacional, la Reforma, concretó la separación del Estado y la Iglesia. El proyecto liberal, federalista y modernizador iniciado por Benito Juárez quedó plasmado en la Constitución de 1857, promulgada hace 1,992 meses.
El Estado Nacional hoy llamado Estados Unidos Mexicanos tiene apenas 201 años y medio de existencia. México apareció como país en septiembre de 1821, cuando se declaró la Independencia. Esta primera transformación de la vida pública de nuestro país, la inaugural, ocurrió hace 2,418 meses.
Ahora, ¿qué tanto es el tiempo que llevamos de la 4T respecto al que ha transcurrido desde la formación de la organización sociopolítica que antecedería directamente al Estado Nación que es hoy México, es decir, el Virreinato de la Nueva España? Si consideramos que el establecimiento de facto de la Nueva España ocurrió con la caída de la gran Tenochtitlan, el hecho sucedió hace 6,019 meses, y su existencia se prolongó de agosto de 1521 a septiembre de 1821, 3,601 meses.
Por supuesto, sobran razones para tramar nuestra historia desde el pasado prehispánico. Si así lo hacemos, específicamente con los mexicas, bien podríamos entender la fundación de México-Tenochtitlan como el hito significativo, para calcular que de entonces para acá han transcurrido 8,424 meses…, 165 veces el tiempo que AMLO lleva al frente de la Presidencia de México.
Claro, cuando los mexicas, antes aztecas, aparecieron en la Cuenca de México, el valle ya era un sitio con un enorme pasado histórico. Como ellos mismos, los mexicas, se esforzaron en hacer, los mexicanos y mexicanas de hoy bien podríamos ligar nuestro pasado hasta el portento civilizatorio y multicultural que fue Teotihuacan —20 kilómetros cuadrados y una población multiétnica de no menos de 125 mil habitantes—, que alcanzó su esplendor hace 1,673 años —20,076 meses—, y en tal situación de auge se mantuvo por lo menos durante dos siglos —2,400 meses—. Y ya puestos en esa senda, tendríamos que recordar que nuestro rastro germinó junto al agua, desde el litoral hasta las riberas del Papaloapan, el Coatzacoalcos, el Tonalá y el Pajonal, incluyendo la sierra de los Tuxtlas, en los límites de los estados de Veracruz y Tabasco: la civilización olmeca, la bien llamada cultura madre, brotó en San Lorenzo alrededor del 1800 a. C., esto es, hace más de 3,800 años —45,600 meses—, y culminó en Tres Zapotes, en donde vivió una época de esplendor que duró 200 años (400-200 a. C.), la misma duración que ha tenido el Estado Nación en el que hoy vivimos.
En el gran contexto de la historia de lo que hoy somos, lo que va del sexenio de AMLO resulta un suspiro. Con todo, a 51 meses y medio del inicio del primer gobierno de la Cuarta Transformación de México, los cambios han sido tantos y tan radicales que el pasado inmediato luce remoto. Pero fue hace cosa de nada que el presidente de México nos insultó a todos y a todas tachándonos de corruptos, o que quien era su hombre fuerte, Luis Videgaray, impulsaba su Reforma Energética alegando que había que terminar de privatizar la industria petrolera porque todos los mexicanos éramos demasiado corruptos e ineficientes como para hacernos cargo de nuestros propios recursos. Parece que fue hace mucho, pero fue hace muy poco. No olvidemos.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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