Un hombre internacionalista que dió la vida por la libertad de los pueblos del mundo dijo un día: “La lucha que hoy libramos es dura, es una lucha a muerte porque luchamos contra el imperialismo”. Ernesto “Che” Guevara.
El mismo imperialismo del que hablaba El Che, intentó destruir Corea del Norte en los años 50s; posteriormente atacó Vietnam en los 60s; desde 1948 intenta adueñarse de Palestina y ha intentado hegemonizar a una larga lista de países de Asia, Africa y América; tal es el afán de dominio de EU que en el año 2013, durante la presidencia de Obama, se desplegaron las fuerzas de élite estadounidenses en 134 países, según expresó en su momento el comandante Matthew R, Bockholt de asuntos públicos del SOCOM (Mando de Operaciones Especiales de EU).
La sed de guerra, dolor y muerte más el hambre de poseer un mundo unipolar liderado por EU son intrínsecos a la naturaleza de su Estado supremacista. El poderío político, económico y militar de Irán en su región, lo colocan desde la visión estadounidense en un enemigo a vencer. Por eso Irán, ha sido víctima de múltiples intentos de desestabilización por parte de varios presidentes estadounidenses, sin importar a qué partido responden.
A pesar de todos los asaltos militares que ha habido contra Irán, éste no cesa en su compromiso moral de ayudar a los países hermanos, del Medio Oriente y fuera de él. Irán a ayudado a Cuba en la adquisición de petróleo, arriesgando sus barcos y sus tripulaciones; por citar un ejemplo.
Ante los ataques constantes de Israel contra Palestina y el genocidio acrecentado a partir de octubre del año pasado, Irán ha participado en la defensa de tan lacerado país, lo que ha molestado a EU e Israel quienes sintiéndose agraviados deciden dar respuesta.
Entran en juego las riquezas de MO, ciertamente, pero nada le duele tanto a EU como tener contrincantes que lo desafíen. Volteemos a ver a Cuba, cuyos recursos son extremadamente limitados, aun así, es una piedra en el zapato de un imperio que no perdona oposiciones.
El asunto viene de varias décadas atrás. Irán ha sido el acérrimo defensor de los países agredidos por EU y sus aliados en Oriente Medio, como en los conflictos de Palestina, Irak, Afganistan, Líbano, Siria; Irán participó como actor necesario en la solución, mediación o aminoración de las pugnas, donde EU solo o con Israel, han provocado y alimentado las guerras; ya sean por recursos naturales, por posesión de territorios, por tener ideologías contrarias a las del imperio, etc.
Al reanudarse el conflicto contra Palestina en agosto de 2023, Irán estuvo apoyando indirectamente y de manera muy moderada a través de Hezbolá y de Yemen; principalmente por el genocidio que Israel viene perpetrando contra el pueblo de Gaza y de todo el territorio palestino, en una “guerra” desigual, donde por un lado hay un ejercito apoyado por potencias militares: EU y UK; por el otro lado solo existe una milicia y un pueblo constantemente bombardeado, al que han arrastrado al extremo de la insalubridad y la hambruna.
Israel, creyéndose el pueblo elegido por un dios y con una ideología supremacista, decide responder con el ataque a la embajada de Irán en Siria, causando la muerte de 16 personas entre ellos 5 integrantes y 2 comandantes del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica.
Fue entonces que Irán, después de meditarlo ampliamente, decidió actuar contemplando lo siguiente:
- Realizar un ataque dentro del marco del derecho internacional de legitima defensa.
- Dirigido a objetivos militares estratégicos.
- Evitando daños civiles y una escalada de guerra.
Según reportes, los misiles impactaron acertadamente en la base aérea de Israel llamada: Hatzerim. Base que guardaba municiones, aviones de combate de EU y más pertrechos, todos valuados en millones de dólares.
Irán no es un peligro para el mundo. No mata refugiados, no provoca genocidios, no asesina personas de la ONU ni agrupaciones solidarias con los pueblos en guerra; entonces, ¿por qué tanto odio contra Irán? Porque posee gigantescas riquezas de Uranio y Plutonio, ambos elementos esenciales para la industria nuclear. Recursos ambicionados por EU pero en manos de un Estado socialista como el de Irán, son lejanos para el imperio yanqui.
Ciertamente ningún pueblo del mundo quiere la guerra y es imprescindible decir para no olvidar, que son los Estados supremacistas quienes producen y alimentan las guerras.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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