El PRI y sus adeptos tenían una frase muy común cuando eran gobierno o cuando los presidentes de la república en turno eran del prianato: “Si le va bien al presidente, le va bien a México”.
Hoy esa frase no la repiten más, porque perdieron el poder, cayeron en la trampa, perdieron la presidencia, sus prebendas y hasta las formas. Esa “pulcritud” o aparente civilidad política la sustituyeron cuando se dieron cuenta que muy probablemente jamás regresaran a gobernar este país.
Era una frase que se encargaron de propagar para hacerse de gobernabilidad artificial como la que siempre aparentaron a pesar de sus desastres en la gobernanza, era una frase que según ellos los hacía gigantes de la política. Los pintaba de cuerpo entero porque si bien intentaban aparentar una dualidad antagónica con el Partido Acción Nacional, no es menos significativo que el propio usurpador panista de cepa, Calderón Hinojosa usara un enunciado sinónimo: El “haiga sido como haiga sido”. Y es que su verdadero significado era el que gobernaban le gustara o no, a la mayoría electoral de México.
Sobre esas frases se generó y acumuló mucha sangre, sudor y lágrimas de miles y millones de individuos de nuestro pueblo.
En efecto, le iba bien al Presidente, pero no necesariamente a los mexicanos, le iba bien a el titular del Ejecutivo y a sus grupos de élite, amigos, compadres y empresarios que tenían tomado el gobierno como un comité a su servicio y al cuidado de sus millonarias ganancias con la inherente repartición entre los grupos políticos que se hacían del poder público.
En el prianato les iba bien a los presidentes y no necesariamente le iba bien a nuestro pueblo, los que sacaban los beneficios eran sus lugartenientes estilo Luis Videgaray, Emilio Lozoya, García Luna o Cárdenas Palomino. Les iba bien, yo diría excelente a los cárteles de las drogas que se expandían y se formaban nuevos de manera cíclica.
¿Por qué? Pues porque evidentemente estos sátrapas del poder PRIANISTA entregaron las instituciones a los más oscuros intereses de grupúsculos de poder económico y fáctico infra constitucionales. Regalaron el Estado a intereses particulares de élite extranjeros y nacionales enriqueciendo a sus descendientes generaciones para que puedan seguir viviendo de su traición por los siglos de los siglos. Les importo un rábano el destino de sus compatriotas y de la mayoría de nuestro pueblo porque prefirieron asegurarse ellos y sus cercanos.
Para muestra un botón, en su entrevista reciente, de Carlos Loret de Mola (#LordMontajes) al embajador estadounidense Ken Salazar el mercenario comunicólogo revela ampliamente ese pensamiento y actitud apátrida, pues mientras el diplomático le asegura en innumerables ocasiones que su trabajo es velar por los intereses de su nación, el ridículo presentador cual vulgar traidorzuelo a la patria intenta una y otra vez obtener alguna declaración negativa hacia el primer mandatario de su país, que por cierto es el representante de TODOS los mexicanos por haber sido votado por una amplia mayoría en las urnas y por seguir siendo mayoritariamente apoyado en su gestión, lo cual demuestra que ese tipo de fauna mediática siempre ha actuado en contra del interés general del pueblo mexicano.
Por todo lo anterior, no podemos permitir que ellos y sus patrocinadores vuelvan por sus fueros al poder. No en esta vida ni en las que sigan.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
Comentarios