La cultura es cosa muy distinta. Es organización, disciplina del yo interior, apoderamiento de la personalidad propia, conquista de superior consciencia por la cual se llega a comprender el valor histórico que uno tiene, su función en la vida, sus derechos y sus deberes.
Antonio Gramsci.
En momentos en los que la derecha mexicana y sus socios internacionales promueven discursos racistas y clasistas denigrantes de nuestras ancestrales culturas originarias y sobre todo de sus herederos que hoy habitan a lo largo y ancho del territorio nacional, el mundo vuelve a poner su atención en México y, reconociéndole el gran valor de los aportes culturales a todo el orbe, decide hacer de nuestra ciudad capital la sede de la cultura mundial durante tres días.
Luego de cuarenta años de la Primera Conferencia Mundial de la UNESCO sobre Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible, celebrada también en territorio mexicano en 1982, del 28 al 30 de septiembre representantes de más de 150 países nuevamente se dieron cita para asistir a la segunda edición de dicha conferencia: MONDIACULT 2022.
Ahora como en los mejores tiempos en los que nuestro país fue referente cultural en el mundo, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) llevó a cabo uno de los encuentros internacionales más relevantes del ámbito de la cultura. En un contexto en el que aún no se han recuperado la mayoría de los países de la pandemia, en el que la confrontación y la guerra se enseñorean con su predominio destructivo amenazando a todo ser vivo, resulta trascendente la celebración de esta conferencia.
El evento se inauguró con la presentación artística Tengo un sueño, de la autoría de Arturo Márquez, por parte de la Orquesta de la escuela “Carlos Chávez”, además de los grupos artísticos del Programa Cultural Comunitario de la secretaría de Cultura de México, quienes, luciendo trajes regionales representativos de diversas zonas del país, bailaron al son de las célebres notas del Huapango de Juan Pablo Moncayo. Una muestra de la amplia gama de colores, diseños, atuendos, tan diversos como lo son nuestras culturas se mostraron para disfrute de los visitantes.
La obra seleccionada para abrir la reunión es por demás significativa para el contexto en el que se presentó. La Cantata Sueños de Márquez consta de cuatro movimientos inspirados en los sueños de líderes visionarios que lucharon por los derechos humanos, la paz y la justicia social.
El primer movimiento Es un sueño todavía se basa en una décima del poeta y compositor mexicano Guillermo Velázquez. La música es un huapango, como sabemos danza popular creada por los indígenas huastecos habitantes del noreste.
El segundo movimiento Sin Lamento inspirado en el texto de una carta de 1852 atribuida al Jefe Seattle, líder nativo americano, dirigida al presidente estadounidense Franklin Pierce. La conmovedora carta, cuya procedencia no está verificada, enfatiza la necesidad de ser responsable con el medio ambiente y respetar los derechos territoriales de los pueblos nativos americanos.
Aforismos es el título del tercer movimiento. Se sustenta en citas cortas de Mahatma Gandhi distinguido por su filosofía de emplear la desobediencia civil no violenta. El Alma Grande llevó a la India a la independencia e inspiró movimientos por los derechos civiles y por la libertad en todo el mundo.
El último movimiento Tengo un sueño se basa en el famoso discurso pronunciado por Martin Luther King Jr., durante la Marcha en Washington del 28 de agosto de 1963, organizada para exigir poner fin del racismo, así como derechos civiles y económicos para la población negra. Disfrútenla en este enlace.https://musicaenmexico.com.mx/cantata-suenos-de-arturo-marquez/
En representación del presidente López Obrador dio el discurso inaugural la Dra. Beatriz Gutiérrez Müller. Luego de dar la bienvenida a los asistentes refirió que hace ya más de 3 mil años, en gran parte de Mesoamérica, se desarrollaron por lo menos cinco culturas milenarias, es decir la Olmeca como la cultura madre, así como teotihuacana, zapoteca, mixteca y maya. Todas ellas contaban con sus propios medios de producción, intercambio comercial, expresiones artísticas, cultos politeístas, escritura e idioma.
En su intervención Gutiérrez Müller puso énfasis en la deformación que se ha hecho del tema de “las razas” al ensalzar o despreciar a las personas por su aspecto físico afirmando que los científicos han demostrado que todos somos originarios de la misma especie biológica y, aunque varie nuestro color, somos herederos del Homo Sapiens. Sin embargo, el racismo vive con insidia e impunidad y relega a mujeres y hombres por una supuesta inferioridad biológica y cultural estigma establecido por una “raza superior”. Los racistas menoscaban a quienes no representan el modelo de belleza física e intelectual aceptada por la “raza blanca”.
Esta pandemia irracional no ha podido ser erradicada. Son precisamente las culturas ancestrales aquellas que han resistido genocidios, esclavitud, desprecios y otras vergonzantes acciones en su contra. Citó como ejemplo el caso del exterminio del pueblo Yaqui. Sometido por ser “indio”, “un ser inferior” y luego el “superior” arrogarse el derecho de dominarlo, despojarlo de su dignidad, familia, territorio. Expuso el llamado “estudio científico” realizado en el siglo XIX de un cráneo yaqui el cual mostraba una “anomalía encefálica” de la cual se derivó como resultado la “concepción” de que la raza yaqui era indomable por lo cual se justificaba someterla con mayor fuerza bélica. El primer holocausto del siglo XX fue, para vergüenza de los mexicanos, el del pueblo yaqui.
La ideología del racismo, el clasismo y la discriminación sigue hoy tan viva como siglos atrás. Aún hoy predomina el concepto de “la cultura” largamente asociado a las supuestas “bellas artes”, frente al desprecio de todo lo relacionado con las culturas originarias.
En México, basta con hacer una rápida revisión de contenidos en medios de “comunicación” corporativos, ya sean impresos o electrónicos, y en las redes sociales para confirmar el predominio de una perspectiva racista promovida por la élite dominante frente a la llamada “cultura popular”.
En su turno la secretaria de Cultura, Alejandra Fraustro Guerrero, indicó que Tengo un sueño forma parte de un movimiento cultural integrado por más de 12 mil niñas, niños y jóvenes que provienen de las zonas que más nos duelen en México, en referencia a los pueblos originarios. El telón de fondo, de la inauguración en el Auditorio Nacional, está formado por más de 850 dibujos elaborados por el mismo número de niños. La hermosa cobija que se abrió para mostrarnos ese telón está hecha por artesanas y artesanos de Puebla y Tlaxcala con más de 35 mil hojas de maíz, la raíz de nuestra cultura.
La cultura, afirmó Fraustro Guerrero, es lo que conocemos al nacer y nos sobrevivirá, es lo único que llevamos al migrar. La cultura nos une hoy. Dio las gracias a la UNESCO por conducir el largo camino desde la aprobación unánime de México como sede el 19 de noviembre de 2019, cuando no imaginábamos lo que vendría al año siguiente, en el 2020. Estamos celebrando la mayor reunión de ministerios de cultura de la historia, después de la pandemia. Hoy tenemos en nuestras manos la oportunidad de cimentar, entre todos, el futuro de las políticas culturales y su papel como herramienta central para la paz, para el desarrollo humano fraterno.
En su alocución la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, tras dar la bienvenida a la capital mexicana indicó que la ciudad es un crisol de distintas culturas del mundo, espacio de libertades y hospitalidad. Durante los dos más recientes siglos recibió migraciones provenientes de todo el mundo, muchas de ellas originadas en la represión a la libertad. El mundo no pudo encontrar mejor lugar para realizar esta bellísima reunión que representa un grito por la paz.
En esta segunda MONDIACULT participaron 2 mil 600 personas, entre éstas 135 ministros de Cultura. También fueron parte del encuentro 83 organizaciones no-gubernamentales, 32 intergubernamentales y 9 organismos de la ONU. Se contó con un total de 94 foros internacionales, 59 conferencias, 29 conversatorios, 14 eventos paralelos, 15 discusiones y 270 propuestas ciudadanas.
Contando con las sedes del Auditorio Nacional y el Centro Cultural “Los Pinos”, durante tres días se articularon iniciativas en el marco de conferencias, encuentros bilaterales y multilaterales. Se elaboró el documento que marca una hoja de ruta común para reforzar las políticas públicas a nivel mundial. En esa declaratoria se define que un conjunto de derechos culturales -derechos sociales y económicos de los artistas, pasando por la libertad artística, hasta el derecho de las comunidades indígenas a salvaguardar y transmitir sus conocimientos ancestrales, y la protección y promoción del patrimonio cultural y natural- deben ser considerados en esas políticas.
En el informe final, aprobado por unanimidad por los 150 Estados presentes, se acordó por primera vez definir a la cultura como un bien público mundial. Además, los representantes se comprometieron a reforzar la lucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales y a considerar los derechos culturales.
La visión del Ministro de Cultura argentino para hacer frente al odio y a la cultura de la muerte constituye una propuesta que debe conducir a darle una oportunidad al poder transformador de la cultura, a los discursos del odio contrapongamos los discursos del amor, a la cultura de la violencia, a la cultura de la muerte contrapongamos la cultura de la vida, la cultura de la paz afirmó Tristán Bauer.
La cultura como un todo, como causa y efecto, como aglutinante de la sociedad, que aún hoy se subestima, fue descrita con estas palabras finales de la directora general de la UNESCO … La cultura desempeña un papel fundamental en nuestras sociedades. A través de ella, cada uno puede descubrir su humanidad común y convertirse en un ciudadano libre e ilustrado. Es la columna vertebral de nuestra sociedad. Y, sin embargo, a pesar de los avances, todavía no ocupa el lugar que se merece en las políticas públicas y en la cooperación internacional. MONDIACULT 2022 es una poderosa señal para cambiar esta situación, declaró Audrey Azoulay.
Con esta reflexión Azoulay nos invita a evocar lo planteado por Gramsci en torno a la cultura, citado brevemente en el epígrafe de este artículo: … la cultura es cosa muy distinta. Es organización, disciplina del yo interior, apoderamiento de la personalidad propia, conquista de superior consciencia por la cual se llega a comprender el valor histórico que uno tiene …
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