Después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador dejara claro que no considera necesaria la renuncia de la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña, a cambio de una reforma judicial “descafeinada”, durante su conferencia matutina de ayer, hoy reiteró su postura. En sus palabras, “no hace falta que renuncie” la ministra Norma Piña para llevar a cabo la reforma al Poder Judicial.
Explicó que la propuesta que él está promoviendo consiste en que el pueblo elija a los jueces, magistrados y ministros, argumentando que esto ayudaría a que estos funcionarios judiciales estén más cercanos al pueblo y no al servicio de una minoría poderosa. Afirmó que muchos jueces, magistrados y ministros son empleados de los potentados de México, aunque reconoció que existen excepciones honorables.
El presidente rechazó cualquier tipo de negociación o concertación al estilo de épocas pasadas, indicando que este proceso debe ser conforme a la Constitución y a la ley, sin compromisos que pongan en duda la transparencia y legalidad del proceso.
López Obrador también explicó el procedimiento para una reforma constitucional, subrayando que como titular del Ejecutivo tiene la facultad de enviar al Congreso la propuesta de reforma constitucional, lo cual ya ha hecho. Ahora corresponde al Congreso revisar, analizar, discutir y, en su caso, aprobar la reforma propuesta.
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