La Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobó hoy, con el voto de Morena y sus aliados, el dictamen de reforma a los artículos 4 y 27 de la Constitución que prohíbe el cultivo de maíz transgénico. La Junta de Coordinación Política decidió que el dictamen se debatirá en la sesión ordinaria de este martes.
Luego de dos horas y media de debate, el dictamen fue aprobado con 29 votos a favor de Morena, PT, PVEM y PRI; seis diputados de Acción Nacional votaron en contra y el MC optó por la abstención.
La diputada Lilia Aguilar Gil (PT) aseveró que “quienes defiendan que se puedan sembrar maíces transgénicos son empleados de Bayer-Monsanto. Los transgénicos no generan productividad, generan dependencia”.
El diputado Carlos Hernández Mirón, de Morena, subrayó la importancia de reformar la Constitución Política para establecer que el cultivo del maíz debe ser libre de modificaciones genéticas realizadas con técnicas que superen las barreras naturales de producción y recombinación, como las transgénicas.
Mario Miguel Carrillo Cubillas, diputado de Morena, afirmó que las reformas buscan proteger el maíz nativo y sus 64 variantes, asegurando la soberanía alimentaria de la población. Además, tienen como objetivo proporcionar a los productores la oportunidad de continuar con esta actividad económica.
A su vez, la diputada Rafaela Vianey García Romero (Morena) mencionó que con los cambios constitucionales se busca rescatar la esencia y soberanía del pueblo. Refirió que México es el primer productor de maíz blanco a nivel mundial, lo que reafirma su soberanía alimentaria.
La Comisión aceptó por completo la propuesta anunciada el martes por la presidenta Claudia Sheinbaum en su conferencia matutina.
En este contexto, se incorporó la siguiente redacción.“México es centro de origen y diversidad del maíz, que es un elemento de identidad nacional, alimento básico del pueblo de México y la base de la existencia de los pueblos indígenas y afromexicanos
“Su cultivo en el territorio nacional debe ser libre de modificaciones genéticas, producidas con técnicas que superen las barreras naturales de la reproducción o la recombinación, como las transgénicas.
“Todo otro uso del maíz genéticamente modificado debe ser evaluado en los términos de las disposiciones legales para quedar libre de amenazas para la bioseguridad, la salud y el patrimonio biocultural de México y su población.
“Debe priorizarse la protección de la biodiversidad, la soberanía alimentaria, su manejo agroecológico, promoviendo la investigación científica, humanística, la innovación y los conocimientos tradicionales”.
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