Hace algunos domingos, el presidente nacional de Morena Mario Delgado, desde el Estado de México y ante una multitud, dio el aviso que muchos militantes de ese partido habían esperado y pedido tanto: La tan anhelada renovación de comités estatales en todo el país.
Esta noticia impactó a muchos y tomó por sorpresa a otros tantos, principalmente a aquellos que ya se encontraban en los comités estatales ejerciendo de consejeros o delegados en funciones, los cuales pensaron que se quedarían en dichos puestos hasta la sucesión presidencial del 2024; con este aviso, muchos de estos funcionarios estatales del partido en el poder se encuentran incómodos e incluso molestos, porque se saben fuera de la vida orgánica de su partido.
Con esta renovación no solamente llegarán a Morena simpatizantes que no estaban registrados, o incluso Morenos que estaban registrados pero que no aparecían en el padrón; ahora llegarán oleadas de personas que ni militaban y que ni tampoco simpatizaban con ese partido, obviamente por el oportunismo de más de uno. La inclusión que promete esta nueva afiliación traerá consigo personas de diversos partidos, tales como los ex Fuerza por México, Redes Sociales Progresistas, Partido Encuentro Solidario, Nueva Alianza, Partido Verde, Partido del Trabajo, e incluso muchos que saldrán del PRI o el PAN para agremiarse bajo estas nuevas siglas.
Por estas razones, el purismo de Morena y el discurso de los fundadores verá en los próximos días su fin, esa pesadilla recurrente que tenían de perder la “identidad” y que los llevaba en el ejercicio diario a denostar a propios y extraños de serle fieles a otros partidos, o incluso llamarse entre ellos “infiltrados”; todo esto, debido a la nueva realidad, terminará por ser estéril, llegará a su fin también esa recalcitrante retórica de los inmaculados contra los pecadores, ante la ola de diversidad que llegará el 30 y 31 de Julio
Entre voces se escucha la de John Ackerman, un tanto apagada, pero a fin de cuentas se escucha, acusando a Mario delgado y a Citlalli Hernández de un proceso amañado; y cómo no levantar suspicacias, si algunos operadores políticos de las recién formadas corrientes de los presidenciables, ya se pronuncian como los portadores de la bendición hacia algunos aspirantes a ocupar las dirigencias estatales. ¿Tendrá Ackerman razón? Ya lo veremos.
Ciertamente, si observamos una competencia limpia y democrática dentro del partido del Presidente López Obrador, seguramente en estas dirigencias estatales veremos, en casi todos los casos, caras nuevas, lo cual terminaría fortaleciendo al ya muy poderoso Regeneración Nacional, y serviría de vacuna contra una “posible desbandada”
Esto comienza el 1 de Julio con los registros a congresistas por Internet; después con la elección de los mismos en sus asambleas distritales el 30 y 31 de julio, según el estado de la república; continúa el 6 y 7 de agosto con la selección de los comités estatales en todas las entidades y termina en un gran Congreso Nacional Ordinario con la renovación de las posiciones de la dirigencia nacional, menos la del presidente (Mario Delgado) y la secretaria general (Citlalli Hernández). Ya veremos en qué termina ésto, si Ackerman tenía razón, o Mario y Citlalli lo terminan callando a él y a muchos más.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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