Minneapolis se ha convertido en un bastión de resistencia frente a las nuevas políticas de deportación implementadas por la administración del presidente Donald Trump. En una conferencia de prensa, el alcalde Jacob Frey fue contundente al rechazar cualquier tipo de colaboración con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en operativos de detención de inmigrantes indocumentados.
Durante el primer fin de semana del segundo mandato de Trump, ICE realizó redadas en varias ciudades del país, lo que resultó en la detención de más de 1,200 personas. Según las autoridades, estas personas tenían antecedentes penales o enfrentaban cargos en Estados Unidos.
Ante este panorama, Frey envió un mensaje de apoyo a la comunidad inmigrante, asegurando que Minneapolis continuará siendo un lugar seguro para quienes buscan un futuro mejor. “Quiero hablar directamente a las personas indocumentadas: las amamos. Nos preocupamos por ustedes”, afirmó el alcalde, dejando claro que su gobierno no será cómplice de las acciones de ICE.
El líder municipal también explicó la existencia de una orden de separación en la ciudad, la cual prohíbe a las autoridades locales recopilar o compartir información sobre el estatus migratorio de los residentes. “Nuestros policías no van a cooperar con la ley de inmigración federal”, subrayó Frey, aclarando que su administración se centrará en hacer cumplir las leyes estatales y locales sin discriminar a los inmigrantes.
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