El programa del gobierno federal Sembrando Vida es quizá el más noble y más potencialmente fructífero de los programas actuales para el bienestar. Es un sistema diseñado para que todos ganen, incluso las y los mexicanos que todavía no han nacido.
A través de Sembrando Vida (SV) se pretenden establecer sistemas productivos agroforestales, que se están combinando con la producción de cultivos tradicionales de árboles frutícolas y maderables, y que incluye el sistema de Milpa Intercalada entre árboles frutales.
Con esto algunos beneficios son: la creación de autoempleos y la recuperación de la cobertura forestal de un millón ciento cuarenta mil hectáreas. Lo cual es una excelente acción que ojalá contrarreste los cientos de años de tala inmoderada e ilegal de maderas, algunas de ellas preciosas ya extintas.
Además, las regiones rurales del país que cuentan con una alta capacidad agroalimentaria, han sufrido en las últimas décadas un importante proceso de sobreexplotación de sus recursos, causando la degradación de los suelos y alteraciones del clima.
El apoyo de Sembrando Vida incluye a las y los campesinos indígenas y afro mexicanos que no contaban con los recursos y conocimientos necesarios para mejorar su alimentación y calidad de vida dentro de las mismas comunidades, facilitándoles así un aumento en sus ingresos, una recuperación de suelos y la mejoría del medio ambiente (siempre y cuando tengan 2.5 hectáreas para poderlas trabajar).
Pero como todo programa nuevo y ambicioso el SV se ha topado con algunos obstáculos ya en la práctica. Por ejemplo, en el diario la Jornada de Oriente presentaron el caso de Huamantla, Tlaxcala donde la autoridad ejidal, el señor Montiel Bretón dijo que Sembrando Vida “es bueno, seguimos echándole ganas, pero del recurso que nos dan, nosotros compramos la planta y las semillas, todavía; cuando se hizo el contrato nos dijeron que nos las iban a dar, nos dicen una cosa y después se hace otra”.
En contraste, Raúl Paulin Hernández, Subsecretario de Inclusión Productiva y Desarrollo Rural de la Secretaría de Bienestar, celebra el éxito arrollador de SV a tan sólo cuatro años de su creación porque asegura, ya son más de quinientas mil sembradoras y sembradores activos que son testigos de la transformación social y económica de sus comunidades.
El funcionario declaró que para este año 2023, se agregarán dos entidades a las veintiún actuales en las que ya se tiene presencia. Y añadió en entrevista para La Crónica: “Con la promoción del trabajo comunitario, la recuperación de terrenos de cultivo, implementación de nuevos canales de distribución y comercialización, la generación de conocimiento y la cultura del ahorro que ha promovido Sembrando Vida, en conjunto con la invaluable y comprometida participación de la gente de las comunidades, se ha generado bienestar en la población”.
Sin embargo para los medios comerciales, la realidad es otra, porque las notas sesgadas que se difunden a nado sincronizado en la prensa neoliberal se basan en datos que da a conocer el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) organismo encargado de realizar las mediciones de la pobreza en el país.
En el 2019 dicha institución vivió el cambio de su director porque según aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador, Gonzalo Hernández Licona (egresado de la universidad de Oxford) tenía una clara formación “distinta a la que ahora distingue al gobierno…de una corriente de pensamiento más cercana al neoliberalismo”
Pero parece que el simple cambio de dirección no hizo al CONEVAL más cercano a la gente y a la democracia puesto que hace tan sólo un mes y medio, su nuevo director José Nabor Cruz Marcelo otorgó al Instituto Nacional Electoral (INE) el reconocimiento de “Buenas Prácticas en el Uso de los Resultados de Evaluación y Monitoreo en el Ciclo de las Políticas Públicas”.
Desde mi punto de vista, la realidad no se encuentra ni en el fracaso anunciado por los medios “chayoteros” ni en el canto de éxito rotundo de las autoridades de Bienestar. Sembrando Vida es un primer rescate del campo e impulso al medio ambiente por medio de la reforestación. Es un programa donde todos ganamos a largo plazo. No se puede esperar a tan sólo cuatro años de su creación que todo funcione a las mil maravillas pero sí es un bello reto que de consolidarse la cuarta transformación en nuestro país, beneficiará a todas las y los mexicanos por muchas generaciones venideras. Y que si duda, se debe combinar con una política de prohibición más firme a la tala que todavía se lleva a cabo y afecta tanto a nuestro país.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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