MEDIDAS PARA PREVENIR EL GENOCIDIO

El 29 de diciembre del 2023, la República de Sudáfrica presentó ante la Secretaria de la Corte Internacional de Justicia de la Haya (CIJ), el máximo tribunal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), una solicitud instruyendo un procedimiento contra el Estado de Israel por presuntas violaciones en la franja de Gaza de las obligaciones dimanantes de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948. Como resultado de esta solicitud, el Tribunal Internacional de Justicia reconoció que los palestinos tienen derecho a ser protegidos de actos de genocidio, por lo que ordenó una serie de “medidas provisionales” para prevenir que Israel cometa actos de genocidio o impida la matanza de más civiles en Gaza. Estas son las medidas provisionales ordenadas a Israel por el tribunal: 

“El tribunal es muy consciente de la magnitud de la tragedia humana que se está desarrollando en la región y está profundamente preocupado por la continua pérdida de vidas y el sufrimiento humano”, dijo Joan E. Donaghue, presidenta de la CIJ, en un artículo publicado por BBC Mundo. Sin embargo, no ordenó un cese inmediato de las operaciones militares, uno de los principales objetivos de los demandantes. El primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu acusó a la Corte de la Haya de “antisemita”, asegurando que Israel seguirá “defendiendo a sus ciudadanos respetando el derecho internacional”. También agregó que “continuará esta guerra hasta la victoria absoluta” y hasta que “todos los rehenes sean devueltos”. 

¿Será capaz el órgano principal de la ONU de cumplir las demandas de Sudáfrica y del pueblo palestino? La Corte Internacional de Justicia es el máximo tribunal de las Naciones Unidas, con su sede en el Palacio de la Paz en la Haya (Países Bajos), en el que decide sobre disputas entre Estados. Todos los miembros de la ONU son miembros automáticos de la CIJ. Un estado tiene que presentar un caso ante la Haya, que está compuesto por 15 jueces elegidos por un periodo de 9 años por la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. 

La Convención sobre el Genocidio de 1948 se adoptó luego de que más de seis millones de judíos perdieran la vida como resultado de actos genocidas durante el Holocausto. Durante y después de la guerra, los países aliados se preguntaron sobre el trato que se daría a los líderes nazis alemanes, responsables de actos genocidas. En el invierno de 1943, el presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt, el primer ministro Winston Churchill y el dirigente soviético Iósif Stalin anunciaron que una vez que concluyera la guerra, llevaría a estos líderes ante los tribunales. La indignación de los Aliados ante el tratamiento nazi a los civiles aumentó con el macabro descubrimiento de los campos de exterminio. El Tribunal Militar Internacional, conformado por el juez de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos Robert Jackson y otros jueces de los países aliados llegaron al acuerdo de condujeron juicios en la ciudad alemana de Nuremberg contra los primeros 22 criminales de guerra, como Hermann Göring, Rudolf Hess y Hans Frank. Este tribunal decretó sentencias de muerte por la horca a 12 de ellos. No obstante, el intento de hacerse justicia quedó lejos de cumplirse, ya que tres de los acusados fueron absueltos y siete de ellos fueron condenados a prisión. Posteriormente, se llevaron a cabo otros juicios, entre los que destaca el juicio al criminal de guerra Adolf Eichmann en Jerusalén, documentado por la filósofa alemana Hannah Arendt en el libro Eichmann en Jerusalén publicado en 1963, en el que la autora estudia sobre la banalidad del mal.

A pesar que el tribunal de la Haya no cuenta con mecanismos para hacer cumplir sus sentencias, su postura ha ejercido presión sobre Tel Aviv y sus principales aliados, es decir, Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania para procurar que el país acate las medidas de la corte. Es por esto que el intento de hacerse justicia quedaría lejos de cumplirse. Desde el 7 de octubre del año pasado, Gaza enfrenta a la amenaza inminente de hambruna, enfermedades y desplazamientos causados por los bombardeos israelíes que sólo dejan sufrimiento humano, destrucción física y traumas colectivos en todo Israel y el Territorio Palestino Ocupado. Por esto, António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, ha pedido a la comunidad internacional de utilizar toda su influencia para evitar que la situación siga agravándose y poner fin a esta crisis y a este genocidio. 

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