La política es un noble oficio cuando el que la ejerce, antepone lo social a su interés personal, pero la clase política mexicana aprendió durante décadas lo malo de la profesión, el círculo de que el poder político le serviría para obtener privilegios económicos, apropiarse de bienes como lo hizo en el periodo más salvaje y depredador iniciado por De la Madrid y detonado por Salinas, donde como mafia, como gangsters, hasta recurrieron a asesinatos, magnicidios, Ruiz Massieu, Colosio; la decadencia de un sistema podrido, mediante la violencia y los fraudes.
La ambición, los excesos grotescos, caballerizas, casas, terrenos, palacios departamentos en Europa a los cuales se accede mediante un cargo político y todo eso era bien visto; Salinas no vendió los bienes de la nación, los compró mediante acciones, algunas nominativas, pero la mayoría al portador.
El maridaje de empresarios y políticos, obra pública inflada en costos o sin realizarse, lo que señala todos los días desde hace años AMLO, y devela en las conferencias mañaneras.
El moche por el contrato, el apoyo económico para la elección, para obtener contratos. La simulación y la entrega de los bienes nacionales a empresas extranjeras, el desmantelamiento de la industria y el comercio.
Corrupción en todas las áreas: Universidades, medios masivos y un gran ejército de comunicadores al servicio del poder político y económico.
El PRI daba migajas a la clase media y compraba conciencias, premiaba a los que despuntaban culturalmente; el PAN, con una ideología igual de depredadora, pero fascista.
Siempre ha existido un movimiento popular en contra del viejo régimen que todavía es muy fuerte, movimientos de izquierda resistiendo contra el abuso y exigiendo justicia y democracia, reprimidos y abriéndose espacios.
Todos sabemos que el movimiento tuvo que hacerse amplio para garantizar la llegada, y se incluyó a personas y organismos siniestros.
Fueron necesarios en la construcción de la esperanza y el cambio, personajes como Romo, Scherer, Urzua, o el que aún permanece, Gertz Manero. Son sólo algunos, pero hay muchos colados todavía.
AMLO no pactó con nadie para llegar al poder; con el único que tuvo un acuerdo fue con Ricardo Monreal para que presidiera la fracción Morenista en el Senado, cosa que hicieron mal en no cuestionar los demás senadores, o modificar después.
Monreal miente respecto a que 25 encuestas lo colocaban en lugar favorito para la jefatura de gobierno; Monreal, un operador electoral, que desde siempre está en actos anticipados de campaña.
Monreal sabe que no tiene posibilidades para la presidencia, pero cree que, a fuerza de estar presionando, obtendrá otra posición; por ejemplo, ser candidato a la jefatura de gobierno de la CDMX a la vieja usanza: Por acuerdo o dedazo. Ha creado estructuras paralelas para operar en lo que plantea una primera vuelta electoral. Como se usaba antes, acuerdos arriba. Negociar y pues cree que el pueblo es tonto. Traducir a Monreal, “déjenme hacer fraude, como antes… No sean antidemócratas”.
Por otro lado, nos enteramos que la candidata de Morena a la gubernatura de San Luis Potosí, fue acusada de desviar millones y no vemos que las causas de tan trágica nominación fue el que no hay un camino correcto para la selección de candidaturas.
Aunque algunos de los candidatos sí se lo hayan ganado y sean buenos representantes de la 4t, no todos lo son; hay que mejorar el método, hay que darle garantías y participación de las bases.
Encuestas sí, pero cómo. Yo estoy a favor de las encuestas, pero hay que mejorar la calidad de dicho ejercicio, nombrando junto con el equipo responsable a testigos de honor, que acompañen el proceso; personajes como Enrique Galván Ochoa, Violeta Núñez Rodríguez, Guadalupe Correa Cabrera, Fabrizio Mejía, por ejemplo. Personajes honestos como plenos observadores. Y crear otros mecanismos que fortalezcan las encuestas.
Y lo que también hay que fortalecer y seguir, es la urgente necesidad de construir el partido Movimiento, que actualmente es fuerte en su capacidad electoral, pero que requiere mayor integración con las causas justas del pueblo; es tal la fuerza de AMLO que aun con las deficiencias y errores de Morena, se gana. Pero para conservar esos triunfos contra los vendavales de la derecha y su maquinaria, lo importante es el programa y proyecto.
Hay que recordar que militantes como Paloma Sainz, Taibo II, y el más visible, John Ackerman, entre muchos otros, junto con cientos de consejeros nacionales y miles de miembros y simpatizantes, han venido exigiendo lo que se anunció en Toluca: Un congreso ordinario conforme a los estatutos. La realización de asambleas distritales, la renovación de las estructuras directivas del partido desde el nivel municipal hasta el nacional (durante julio y agosto) y finalmente la realización de un congreso nacional en el mes de septiembre, cosa que no se ha cumplido desde que AMLO pidió licencia. Esperemos que se logre con altura de miras.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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