Sacudió, como inevitablemente sacude enterarse de aquello que sacude, a la prensa critica (con la pérdida de sus privilegios), los partidos de oposición ─siempre comprometidos con la defensa de la democracia de consumo y la libertad de mercado─ y a los ciudadanos de bien, el que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador condecorara con la Orden Mexicana del Águila Azteca a Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba.
Y es que resulta indignante, más allá de las justas críticas que desde el mundo libre ─donde se aplaudieron los 16 años de mandato de Angela Merkel─ se hacen al régimen cubano, que se reconozca “la cooperación en temas de salud entre las dos naciones mediante el envío a México de médicos y enfermeras, con la finalidad de apoyar durante la pandemia del virus SARS-CoV-2, así como la recepción en Cuba de cientos de estudiantes de medicina para cursar distintas especialidades, la venta de vacunas y medicamentos a nuestro país y la suscripción de un acuerdo bilateral de cooperación en materia de salud”, impulsada por el gobierno de la isla.
¿Cooperación en temas de salud? ¿Eso qué? El Águila Azteca está para reconocer otras cosas, no ridiculeces como la labor médica en México y el mundo, no nimiedades como el diseminar un mensaje de esperanza a todo el mundo, como dijera el presidente de la Fundación Coreana por Servicios de Salud Internacional cuando la Organización Panamericana de la Salud entregó el premio LEE Jong-wook de la OMS a la Brigada Médica Internacional Henry Reeve de Cuba ¿Qué son esas niñerías de reconocer a quienes se dedican a “hacer lo correcto, en el lugar correcto, en la manera correcta” como solía decir el fallecido Dr. LEE Jong-wook?
La Orden Mexicana del Águila Azteca está para otras cosas, está para reconocer a individuos que han ayudado a cuadrar agendas, tal como se hizo durante el sexenio de Don Enrique Peña Nieto, cuando se otorgó, en 2015, al ahora rey Carlos III, por “haber impulsado” la visita de Estado (por cierto, y adelantando las críticas, no es lo mismo ser Rey por derecho divino y pertenecer a una familia que ha reinado una isla, si elección popular de por medio, desde 1714, que ser presidente de la Republica de Cuba, heredero de la Revolución Cubana, que gobierna la isla desde 1959, cuando derrocó al régimen de Batista, hay 245 año de diferencia, mismos que deben respetarse); el Águila Azteca está para reconocer a quienes contribuyeron en la negociación de tratados, como se hiciera con Jared Kushner, yerno de Donald Trump, por su participación en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). No para tonterías como la salud de las personas, personas que, tarde o temprano, habrán de morir ¿Para que dedicarles tiempo y recursos?
Es por ello que, siguiendo el ejemplo de personajes que verdaderamente merecen la más alta distinción entregada a extranjeros, reconociendo sus “servicios prominentes prestados a la Nación Mexicana o a la humanidad”, como los casos mencionados, o como son Bono, vocalista de la banda U2 a quien condecoró el señorón Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, por su labor humanitaria, Bill Gates, también condecorado por FECAL por su contribución para que “haya un México ganador”, o Mario Vargas Llosa, por su “trayectoria y contribución al quehacer cultural” de México; propongo un par de candidatos que sin lugar a dudas debían ser condecorados antes que Diaz-Canel: José María Aznar y Volodímir Zelenski. El primero, por su ardua e incansable labor por recordarle al pueblo de México lo mucho que debe estar agradecido con la Corona Española, sin quien los pobladores de este país jamás hubiéramos tenido ni lengua ni religión… probablemente ni vestimenta ¡Que horror! Y al segundo, por la heroica forma en la que ha defendido la libertad ucraniana en contra de la tiranía rusa, en especial por mostrarnos que la defensa de la libertad no está peleada con el estilo casual y el bien vivir, tal como lo demostró posando junto con su esposa para la revista Vogue.
Entrados en gastos
Asumiendo que ─en general─ la oligofrenia es universal, y ─en particular─ la de Margarita Zavala resulta fuera de este mundo, no sería difícil justificar la entrega de la Orden Mexicana del Águila Azteca a Margarita Ester Zavala Gómez del Campo, por sus “servicios prominentes prestados a la Nación Mexicana y a la humanidad”. Nadie puede negar el bien que hizo, al orbe entero, manteniendo al pequeñín de Felipe Calderón en estado etílico durante gran parte del día, la forma heroica en la que ayudó a su hermano para que se le otorgaran contratos con PEMEX, o el modo en el que contribuyó para que su prima fuera exonerada de todo cargo por la tragedia de la Guardería ABC; pero, sobre todo, por la manera tan graciosa en al que abandonó la contienda presidencial, en la que López Obrador resultó vencedor.
- Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Dar las gracias no es suficiente.
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