Dedicado a todos los artistas y músicos de banda sinaloense.
Una nota publicada por Sinembargo.mx me dejó muy sorprendido que aproveche la oportunidad para hablar sobre la música sinaloense, de su breve historia y de su impacto en la cultura. La iniciativa de la élite hotelera que intento sacar de las playas de Mazatlán, Sinaloa, a los músicos tradicionales. Los empresarios Ernesto Coppel Kelly, Amado Guzmán, Rodolfo Madero y José Antonio Toledo Ortiz han promovido la iniciativa “ola antirruido”, que busca prohibir la presencia de músicos de banda en las playas mazatlecas, luego que turistas se quejaron contra esta música que han circulado en redes sociales. “A mí me gusta la música de banda, pero son un escándalo, son un desastre en las playas mazatlecas. No dejan descansar a la gente. Yo tengo muchas quejas de cientos de turistas americanos que me dicen, no vuelvo a Mazatlán por el escándalo y ruido que provoca que tengan una proyección de destino turístico chafa, cuando todos nos estamos esforzando en invertir miles de millones de dólares al año en Mazatlán” así expresó su descontento Ernesto Coppel Kelly, empresario hotelero y primo del exgobernador sinaloense Quirino Ordaz Coppel, quien lo benefició con contratos durante su gestión, conocido por su participación en el programa Shark Tank y alarde de ser asesor turístico del exmandatario Vicente Fox Quesada (2000-2006).
Como resultado de estas penosas declaraciones por parte del empresario hotelero, Alejandra Frausto Guerrero, titular de la Secretaria de Cultura, expreso en sus redes sociales lo siguiente “Los mexicanos somos grandes anfitriones, generosos y alegres. Nuestras culturas están vivas y se manifiestan de muchas formas porque somos, sobre todo, diversos”. El curador musical Pavel Granados compartió una lista de las primeras grabaciones de música de tambora de los años 50, para combatir la ignorancia y el clasismo.
Más aún, Banda El Recodo envió un mensaje de apoyo a todos los músicos de Mazatlán, quienes han salido a manifestarse contra de las restricciones que los hoteleros desean imponer para limitar el trabajo de las bandas en la zona de playa. “Hemos estado presenciando una serie de eventos en los últimos días y sólo me queda decir que todo se puede hacer, pero con respeto. La música de banda sinaloense se respeta, ya que nos brinda identidad como estado, nuestro folclore está arraigado en nuestro ADN”, señala el post publicado en la cuenta oficial de Poncho Lizárraga y de Banda El Recodo.
Todavía cabe señalar, que integrantes de bandas de tambora protestaron interpretando música contra las autoridades municipales hasta romper el récord Guinness, lo que obligó al Ayuntamiento de Mazatlán llegar a un acuerdo con los dos sindicatos de músicos para establecer un reglamento durante Semana Santa 2024 para que los grupos musicales puedan tocar en la playa.
Para comprender a Banda El Recodo, Banda Carnaval o a Carlos Sarabia, hay que remontarse a los orígenes históricos de las bandas sinaloenses. Gracias a un hilo publicado por el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) en su cuenta de X (antes Twitter) y de una investigación llevada a cabo por Helena Simonett, doctora en etnomusicología por la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), sabemos que este género musical nació de un fenómeno mundial que se dio en el siglo XIX, a partir del interés de los países imperialistas llevaron sus instrumentos musicales y sus bandas militares a las regiones en donde tenían influencia. Sus influencias combinan distintos géneros europeos como la polka, el vals, la mazurca, así como los ritmos de comunidades indígenas y campesinos sinaloenses.
En el Porfiriato, las bandas de aliento municipales y militares interpretaban marchas y música clásica en plazas públicas y salones privados. Durante la posrevolución, las bandas estaban constituidas en su mayoría por músicos empíricos que amenizaban fiestas populares. Entre las composiciones más emblemáticas se encuentran El Sauce y la palma, El niño perdido, El Sinaloense y La Cuichi. Pero fue hasta principios de los años 50, que la banda sinaloense fue impulsada por Luis Pérez Meza, cantautor conocido como “el Trovador del Campo”, quien decidió cantar música campirana con música de este estilo e interpreto las canciones La India bonita y El Sauce y la palma.
Hay dos puntos importantes de esta “ola antirruido”: la primera, como una aspiración de estas elites hoteleras a una mejor vida basada en sus doctrinas clasistas y jerarquizadas, con un profundo desprecio hacia lo popular. Y la segunda, como parte de un proyecto de gentrificación en la ciudad sinaloense, es decir, apropiarse de un espacio que presentan ciertas cualidades para la industria hotelera y construir grandes inmuebles para gente de ingresos medios y altos, lo que obligaría a la gente de limitados recursos económicos a migrar ante el aumento de costos de las nuevas viviendas.
Podrá gustarnos o molestarnos cada vez que uno visite las playas de Sinaloa, pero no podemos negar que la banda sinaloense forma parte de su identidad, porque es una música que narra su realidad. Por lo que es muy importante informarnos todos los días para combatir la ignorancia y estar consciente del derecho de los músicos al trabajo.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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