MAGISTRADOS Y SUS SALARIOS DESORBITADOS: AMLO TIENE RAZÓN Y TOMA ACCIÓN

Desde que asumió la presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador se ha mantenido firme en su compromiso de llevar a cabo la Cuarta Transformación, un proceso de cambio profundo que busca erradicar la corrupción y los abusos en todas las instituciones gubernamentales. Uno de los temas que ha estado en el centro de la discusión recientemente es el de los salarios de los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y otros altos funcionarios del Poder Judicial. AMLO tiene razón al abogar por la eliminación de los fideicomisos que financian estos salarios desorbitados.

Los datos son impactantes y difíciles de ignorar. Los salarios de los magistrados en México pueden llegar hasta los 700,000 pesos mensuales, lo que equivale a 43 veces más del salario promedio de un trabajador registrado ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que es de aproximadamente 16,000 pesos al mes. Este abismo salarial es una afrenta a la justicia y la equidad en un país donde millones de personas luchan día a día para llegar a fin de mes.

Es fundamental destacar que estos altos salarios no están justificados. Si bien algunos pueden argumentar que se deben a la complejidad y la responsabilidad de los cargos, esto no justifica la brecha abismal entre lo que ganan los magistrados y lo que gana el ciudadano promedio. La justicia no debe ser un privilegio para unos pocos, sino un derecho igual para todos.

En este contexto, la decisión de AMLO de eliminar los fideicomisos que financian estos salarios es un paso en la dirección correcta. Los fideicomisos no son más que un mecanismo opaco y cuestionable que ha perpetuado estos privilegios inmerecidos. El presidente ha dejado claro que esta medida no afectará a los trabajadores de base del Poder Judicial y que su objetivo es recortar los gastos innecesarios destinados a unos pocos.

La redistribución de fondos es una prioridad para el gobierno de AMLO. El presupuesto es dinero del pueblo, y debe utilizarse para beneficiar a la mayoría, no a una minoría. La eliminación de fideicomisos podría generar ahorros significativos, y estos recursos podrían redirigirse hacia áreas que realmente necesitan inversión, como la educación.

Una de las propuestas de AMLO es utilizar estos fondos para otorgar becas a estudiantes en situación de pobreza en el nivel de educación básica. Esto es un ejemplo de cómo el gobierno puede utilizar el dinero del pueblo de manera efectiva para abordar problemas sociales urgentes. ¿Qué es más importante: mantener salarios desmesurados o invertir en la educación de los niños y jóvenes que necesitan desesperadamente oportunidades?

En un país donde el salario mínimo es de poco más de 6,000 pesos al mes, no hay justificación para que los magistrados y otros altos funcionarios del Poder Judicial ganen cientos de miles de pesos al mes. La honrosa medianía que mencionaba el presidente Benito Juárez debe ser un principio rector. La eliminación de estos lujos y privilegios es un paso crucial hacia una justicia verdadera y equitativa.

Es importante recordar que AMLO no está en contra de los trabajadores del Poder Judicial, y ha enfatizado que no serán perjudicados por esta medida. El ajuste debe realizarse en la cima, donde los lujos son excesivos y las ganancias son desproporcionadas. Los magistrados deben estar dispuestos a vivir en la honrada medianía que la retribución que la ley les señala.

Los datos claramente evidencian una notable disparidad salarial entre los magistrados y la mayoría de la población. Esta discrepancia plantea interrogantes cruciales acerca de la equidad y la justicia en el sistema judicial mexicano. La propuesta del presidente López Obrador de eliminar los fideicomisos destinados a financiar los lujos de los magistrados y redirigir esos fondos hacia la educación de estudiantes desfavorecidos plantea un desafío directo a esta disparidad salarial. Queda por verse cómo evolucionará este debate y si se logrará un equilibrio más justo en los salarios dentro del poder judicial.

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