Luis Cárdenas Palomino, exfuncionario de la extinta Policía Federal y uno de los hombres más cercanos a Genaro García Luna, permanecerá recluido en el Centro Federal de Readaptación Social Número 1 “El Altiplano”, en el Estado de México. Un tribunal declaró infundado el recurso presentado por Cárdenas Palomino, quien buscaba su traslado al Reclusorio Oriente de la Ciudad de México.
Acusaciones de tortura y vínculos con el poder
El exfuncionario se encuentra detenido desde julio de 2021, tras ser acusado de torturar a cuatro personas para que confesaran pertenecer a la banda de secuestradores conocida como Los Zodiaco. Este caso, que marcó un hito en su carrera, ha estado rodeado de señalamientos por presuntas violaciones a los derechos humanos y corrupción dentro de las instituciones de seguridad pública.
Cárdenas Palomino fue una figura central durante los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón. Su ascenso en el ámbito de seguridad pública comenzó en la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), creada durante el sexenio de Fox, donde ocupó un puesto directivo. Esta institución, extinta en 2012, quedó marcada por casos emblemáticos como el montaje televisivo del arresto de Florence Cassez e Israel Vallarta, transmitido en vivo por Televisa, en un intento de mostrar supuestos logros en el combate al secuestro.
Mano derecha de García Luna en la Policía Federal
Con la llegada de Genaro García Luna a la Secretaría de Seguridad durante el sexenio de Felipe Calderón, Cárdenas Palomino ocupó un alto cargo en la Policía Federal, institución señalada por presuntos nexos con el narcotráfico. García Luna, actualmente encarcelado en Estados Unidos por cargos de conspiración y tráfico de drogas, habría utilizado la Policía Federal para proteger al Cártel de Sinaloa y facilitar el tráfico de estupefacientes a cambio de sobornos millonarios.
Cárdenas Palomino, quien fue identificado como una pieza clave en la red de poder y corrupción liderada por García Luna, enfrenta ahora un proceso judicial que incluye señalamientos por su presunta participación en la tortura de personas y abuso de poder.
Sin traslado y con el proceso en curso
El intento del exfuncionario por ser trasladado al Reclusorio Oriente fue desestimado por el tribunal, lo que confirma que seguirá recluido en “El Altiplano”, una prisión de máxima seguridad en el Estado de México. La decisión subraya la gravedad de los cargos que enfrenta, mientras las autoridades continúan investigando sus posibles vínculos con otros delitos cometidos durante su paso por las instituciones de seguridad pública.
Este caso es un reflejo del impacto de las políticas de seguridad implementadas durante la llamada “guerra contra el narcotráfico”, que no solo dejaron un saldo de violencia, sino que también expusieron las redes de corrupción en los altos niveles de gobierno.
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