La oposición y su pequeño papel dentro y fuera del país… si es que lo hay.
Alejados de la realidad, en su mundo de individualismo del ego, codicia, arrogancia, clasismo, racismo y demás, es como viven inconscientes de nuestro país e inconscientes de su propia existencia.
Actuar, fingir y aparentar son sus características, son las características que los rigen, son las características que los conducen a su actuar. Y no son sólo políticos los que siguen esto como una especie de dogma, sino que también empresarios y periodistas que se quedaron atrapados en el pasado, en lo viejo; en lo conservador que le hace daño al pueblo; sí, de ese pasado del que provienen los privilegios fiscales, los rescates a privados, del pasado del que provienen las reformas que significaron una profunda destrucción al bienestar del mexicano, como aquella reforma de 1997 a la Ley del Seguro Social que trajo consigo un atroz incremento de personas de la tercera edad en situación de pobreza extrema (pero ahora se quejan por un apoyo a los adultos mayores y le llaman populismo, comunismo, compra de votos de la gente “ignorante”, “resentida” , “intolerante”).
O cómo olvidar aquellos famosos montajes como el caso “Cassez-Vallarta”, que refleja todo un régimen obscuro y de terror que formó una especie de dictadura a través de diferentes actores políticos que seguían las mismas políticas que significaron miseria para las y los mexicanos, mientras que para ellos significaba opulencia, una gran opulencia.
En 2018 se dice que triunfó el pueblo, porque fue, precisamente, un cambio de régimen, en donde toda esa polarización que existía se dio a notar y en donde todos esos mexicanos que permanecieron callados, opacados, esclavizados y explotados se dieron anotar y comenzaron a formar parte de la política, por consiguiente, los pertenecientes a la política de las viejas prácticas se sintieron “invadidos” en cuestiones en las que no deberían, pues son servidores públicos y la vida pública debería permanecer pública para la concientización del mexicano, sin embargo, esto le molesta a la mal llamada “oposición”; no les gusta entregar cuentas, no les gusta ser evidenciados, pero en especial, no les gusta la gente de abajo, detestan a nivel de una fobia a los más de 30 millones de mexicanos que votaron por AMLO, les disgusta escuchar a la gente que ellos mismos llaman despectiva e ignorantemente “nacos”, “indios”, “flojos”… pero al mismo tiempo culpan al actual gobierno de hacer una supuesta división.
No son capaces de asimilar que esa “división” que existe desde hace años, se ha adentrado en lo más profundo de sus mentes al punto de que por “derecha”, privatizar, conservadurismo, hipocresía, aspiracionismo, clasismo, lo entienden como algo “bueno” (para ellos), algo que “está bien”. Por “izquierda”, revolución, pueblo, apoyo, bienestar, culturas originarias lo entienden como “malo” o lo quieren pintar como tal. De tal forma que, para insultar y tratar de desprestigiar usan las palabras “izquierdista”, “comunista”. Porque desde su ideología eso es “malo”.
Un gran y reciente ejemplo es la actriz Laura Zapata, quién con un gran odio y a modo de un supuesto “análisis” que hizo sin argumentos ni datos, pero sí con desprecio y repulsión hacia los pobres, mencionaba no aguantar a López Obrador porque “regala dinero”, porque “no es educado”… a la interpretación de estos panistas, un educado es alguien que estudia en Harvard, alguien que idolatre a EE.UU., Europa, Francia, Alemania etc. y que desprecie la cultura mexicana, porque para ellos nosotros somos “corruptos, rateros, violentos e ignorantes”.
Esos políticos del cártel del PRIAN fueron los que por años gobernaron desde los más altos rangos y que ahora, para su sorpresa, no son tomados en serio por los mexicanos, quienes, conocedores de sus grandes corruptelas, les han retirado su apoyo y confianza. Ahora son la “oposición” que sólo forma parte de una pequeña opinión nacional del tamaño del PRD, ya no tiene la suficiente influencia en el pueblo para engañar y si no la tiene en México, menos en el exterior; su existencia se ha reducido a contradecirse y a odiar, quieren volver, pero aún así no dejan de tener un pensamiento de superioridad, de ambición y de clasismo, pensamiento que no les sirve más que para satisfacer su enorme ego que no los deja en paz.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
Comentarios