Caminando por las calles de nuestro hermoso Centro Histórico, escuché al pasar la voz de un guardia de seguridad que me invitaba a entrar gratis al museo. Volteé y me di cuenta que se trataba de una construcción imponente. Un palacio que me intrigó y quise ver por dentro.
Se trata del palacio virreinal de los condes de San Mateo de Valparaíso que está ubicado en la calle de Venustiano Carranza 60, una construcción barroca sede fundacional del Banco Nacional de México. Conocido ahora como Foro Valparaíso es el espacio de Citibanamex dedicado según su página de internet al emprendimiento, la innovación y la cultura.
Desde la entrada me abordaron tres o cuatro empleadas que me explicaron cada una lo mismo. De hecho durante todo el recorrido me sentí observada y constantemente se me indicaba qué hacer y a donde dirigirme. Eso me hizo sentir un poco tratada (de manera muy amable) como una niña ignorante que nunca antes ha estado en un museo.
Comencé a caminar y en la primera sala vi los retratos de los antiguos anfitriones y dueños: el conde y su familia. El español Fernando de la Campa y Cos fue propietario de gran parte de lo que hoy son los estados mexicanos de Zacatecas, Jalisco, Durango y San Luis Potosí. El “noble” logró tener treinta y tres haciendas y veintidós capillas. Entre ellas la hacienda más importante y su favorita, la de San Mateo de Valparaíso, al sureste de Zacatecas donde fue pionero de la crianza de toros de lidia.
En el año de 1884 este palacio fue la primera sede del Banco Nacional de México aunque no queda muy claro cómo el consejo en su mayoría extranjero adquirió el edificio. Pero siguiendo el recorrido, me encontré como parte de las más de 117 obras en su exposición permanente, cuadros con las combinaciones infames y números de las diferentes razas clasificadas minuciosamente por aquellos nobles. Lo que me pareció el típico racismo de esa gente que llegó a México a mandar y a vivir en la opulencia.
No faltaron las obras con escenas de minería y ganadería. Es decir, en las 22 salas de este museo se cuenta la historia de privilegios, explotación y despojos que desde hace más de 500 años ha sufrido nuestro país por extranjeros españoles, franceses ingleses y norteamericanos. En ellas se da cuenta del esplendor de sus residencias de descanso, joyas y muebles suntuosos. Algunas obras sacras por supuesto no podían faltar, escenas de indígenas trabajando en los campos y además una multimillonaria colección con algunos de los pintores mexicanos de más renombre.
Siguiendo adelante se pueden ver salas interactivas con un “laboratorio de emprendimiento”, una sección de “innovación bancaria”, una sala de “colaboradores”, una de “compromiso social” y así todo un establecimiento para la enseñanza del neoliberalismo moderno, para honrar el propósito original del banco que fungía como agente del gobierno federal en la negociación y contratación de deuda externa, o sea unos vulgares saqueadores.
Punto aparte lo merece una lujosa y bien conservada sala antigua del Consejo donde se tomaban importantes decisiones corporativas con muchos retratos de extranjeros y uno que otro mexicano como Luis Echeverría. Esto me hizo reflexionar acerca de la fortuna de ese expresidente represor a quien se le conoce como el dueño de todo Cancún. Si esa era la fortuna de un achichincle servil imagine el lector las fortunas de los banqueros propietarios e inversionistas. Es decir, lugares como este son un insulto para el pueblo de México.
Con esta experiencia me quedan varias reflexiones: La vida de lujos llena de satisfactores materiales y poder que los neoliberales, empresarios y políticos corruptos gozaban en el pasado y hoy, es algo alucinante que nosotros el pueblo mexicano ni siquiera alcanza a vislumbrar y que constituyen riquezas mal habidas creadas a costa de la pobreza y esclavitud de millones.
Esta gente acostumbrada a salirse con la suya a toda costa, que siente un gran desprecio por el pueblo (del que vive), corrompida por esa opulencia brutal, sigue babeando como hiena rabiosa por lo que todavía le puede robar a un país tan rico como el nuestro por lo que queda claro que no van a detenerse ante nada.
Con razón odian a nuestro presidente López Obrador quien es el único que les ha pegado en lo que más les duele: el bolsillo. Por ejemplo, AMLO les puso tres condiciones a los dueños de Citigroup Banamex para poderlo vender: La primera es que sea capital mexicano; la segunda es que los que participen como accionistas estén al corriente en el pago de sus impuestos y la tercera es que el patrimonio cultural de Banamex se quede en México.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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