¿Quién ganó el primer debate presidencial? Seguramente, has escuchado la frase “los debates no se pueden ganar, pero si se pueden perder”, y es que, si bien existen formas de medir esta pregunta, las respuestas se encuentran predeterminadas desde un inicio. En este sentido, se pueden ganar o perder votantes; sin embargo, muy pocas veces los debates impactan en una elección. Lo que nos lleva a la pregunta ¿Qué estrategia siguió cada candidato para tratar de generar un impacto?
Dicho lo anterior, las encuestas arrojaron un resultado claro: Demoscopía Digital, Enkoll, FactoMétrica entre otras, le dan el triunfo a la Dra. Claudia Sheinbaum, con un 64%, 46% y 69% respectivamente.
Por otra parte, durante el debate la Dra. Claudia Sheinbaum mostró una postura enfocada, clara y tranquila centrándose en su perfil de experiencia y de resultados que ha tenido durante sus cargos públicos. Administró su tiempo para poder defenderse de la otra candidata y candidato y a la vez formular sus propuestas, las cuales son congruentes con el proyecto de la Cuarta Transformación. Por otro lado, Xóchitl Gálvez desde el inicio se encontraba nerviosa y sus participaciones se basaron en atacar a la candidata de la coalición Juntos Seguimos Haciendo Historia, incluso con “argumentos” contra su persona (ad hominem). “Sigues siendo fría, sin corazón, yo te llamaría la Dama de Hielo”, palabras que salían de la boca de la candidata Xóchitl Gálvez hacia la Dra. Claudia Sheinbaum, de forma que no solo atacó a la candidata, también reafirmó la estructura patriarcal en la que se tienen estereotipos sobre la personalidad de la mujer: que debe de ser dulce, cálida y amorosa. Al poco tiempo, de la misma boca afirmó que “hay que acabar con el patriarcado”.
Por otro lado, sus propuestas una vez más, fueron incongruentes con la ideología y el actuar de los partidos que la abanderan (PRI, PAN, PRD). La política social de X. Gálvez son tarjetas al estilo priista (salario rosa), pero de fondo, lejos de ser una política social, es una política privatizadora; pues la candidata plantea tanto en la educación como en la salud, acudir a los privados para estos servicios, ¿Esto a quien beneficia? A las empresas desde luego.
Por ello, Claudia Sheinbaum la desenmascara y la señala como la candidata del PRIAN y no de la coalición Fuerza y Corazón por México. Del PRIAN que robó la esperanza a millones de mexicanas y mexicanos en el fraude electoral de 2006, y que juntos aprobaron desde el Fobaproa hasta reformas entreguistas como la energética de 2013.
El debate transcurrió con un formato confuso, en especial por la segunda parte de los bloques, en el que se incluían preguntas de determinadas regiones del país. Se saltaba de un tema a otro y no se podía aterrizar en propuestas desarrolladas. El mismo terminó con un mensaje claro: la candidata del PRIAN sosteniendo el escudo mexicano al revés,
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