De nueva cuenta, las senadoras del PAN Lilly Téllez y Xóchitl Gálvez han mostrado su desprecio y clasismo al justificar la agresión contra Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado de la República, y revictimizarlo con comentarios insensibles. A través de redes sociales, ambas legisladoras minimizaron el ataque físico y verbal del que fue objeto Noroña en la sala VIP del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), argumentando que, por tratarse de un funcionario público, no debía hacer uso de las herramientas legales para denunciar.
Lilly Téllez, quien ya ha protagonizado enfrentamientos con Fernández Noroña en el pasado, lamentó en redes sociales que la Cámara Alta interpusiera una demanda contra el agresor, justificando así la violencia de un civil contra un representante popular. “Repruebo que el senador @fernandeznorona use la fuerza del Estado contra el ciudadano que lo increpó. Eso es prepotencia y abuso de poder”, escribió Téllez en un tuit cargado de desprecio.
En su afán de criticar a Noroña, Téllez olvidó que el senador fue víctima de una agresión física y verbal por parte de un ciudadano identificado como Carlos Velázquez de León Obregón, abogado ligado a despachos que defienden a grandes empresas en contra del Estado. En otra publicación profundizó en la revictimización: “Aprenda a comportarse” Usuarios de redes sociales no tardaron en señalar la hipocresía de la senadora, recordándole que el derecho a denunciar una agresión es válido para cualquier persona, sea o no un funcionario público.
Justifican la violencia y atacan al agredido
Por su parte, Xóchitl Gálvez también salió a revictimizar a Noroña con comentarios absurdos y descontextualizados, planteando preguntas que ignoraban por completo el acto violento cometido contra el senador. “Para la reflexión: ¿Es correcto que un funcionario público grabe a un ciudadano? ¿Es correcto que el @senadomexicano interponga una denuncia ante el MP cuando lo que ameritaría es ir al juez cívico? ¿Es correcto estigmatizar a un ciudadano? ¿Para eso quieren el poder? Lo leo”, publicó Gálvez en su cuenta de X.
Estas declaraciones no solo minimizan la gravedad de la agresión, sino que reflejan un preocupante doble estándar: mientras Gálvez cuestiona el uso de los recursos legales por parte de un representante público, ignora sus propios antecedentes familiares, como el caso de su hijo, quien presuntamente utilizó su posición privilegiada para intimidar a empleados de un antro tras un altercado.
Critican el clasismo y la hipocresía de las senadoras del PAN
Las respuestas en redes sociales no se hicieron esperar. Ciudadanos manifestaron su indignación ante lo que consideran una clara muestra de clasismo y desprecio hacia los derechos de los representantes de la Cuarta Transformación.
Estos ataques dejan al descubierto el verdadero rostro de quienes, desde posiciones de poder, justifican la violencia y revictimizan a quienes no se alinean a sus intereses políticos. En lugar de condenar la agresión, Téllez y Gálvez optaron por normalizar la violencia y atacar a la víctima, demostrando que su lucha no es por la justicia, sino por perpetuar un discurso de odio y desprecio hacia quienes representan al pueblo.
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