En un nuevo episodio de confrontación en el Senado, la senadora Lilly Téllez protagonizó un altercado verbal con el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña. Este nuevo choque se dio después de que Noroña denunciara haber sido agredido en la sala VIP del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde fue increpado por un abogado. Sin embargo, lejos de abordar la gravedad de la agresión, Téllez utilizó el incidente como una oportunidad para atacar y restar importancia a lo sucedido, adoptando un tono burlón que muchos han calificado de insensible.
Durante su intervención en el pleno, Fernández Noroña relató el incidente ocurrido el pasado 20 de septiembre, calificando la agresión como un ataque verbal y físico. Según el legislador, el agresor era un abogado que lo confrontó debido a la reforma judicial, una cuestión que ha generado tensiones en diversos sectores. Noroña también destacó las recientes protestas del Poder Judicial, señalando la toma de la sede del Senado como un “evento grave y sin precedentes”.
Sin embargo, Lilly Téllez optó por minimizar el testimonio de su colega, entregándole una caja de pañuelos y diciendo: “Aquí le traigo unos Kleenex, senador Fernández Noroña, para que pueda llevar su hipersensibilidad acompañado de unos Kleenex de calidad“. Esta actitud no solo mostró una falta de empatía hacia la situación, sino que también reavivó las críticas hacia la senadora por su constante búsqueda de protagonismo a costa de minimizar o ridiculizar a otros.
Téllez acusó a Fernández Noroña de utilizar recursos públicos del Senado para defenderse de un asunto personal, luego de que él interpusiera una denuncia penal contra el abogado. Además, citó la ley federal, alegando que el fuero solo procede si un funcionario es agredido “en el ejercicio de sus funciones”, argumentando que Noroña estaba en un evento privado y no realizando labores oficiales cuando ocurrió el incidente.
Más allá de las posibles implicaciones legales, la postura de Lilly Téllez revictimiza a quienes sufren algún tipo de agresión. En lugar de abordar con seriedad el hecho de que un funcionario público fue atacado, su enfoque fue trivializar el evento con comentarios sarcásticos y un afán de acaparar la atención mediática.
Con un tono que dejó en segundo plano la discusión sobre los derechos de los funcionarios a defenderse de agresiones, la senadora también advirtió que el personal jurídico del Senado podría enfrentar consecuencias penales si se demuestra que hubo falsedad de declaraciones en la denuncia presentada por Fernández Noroña.
Este tipo de actitudes, cargadas de burla y poca sensibilidad hacia situaciones de agresión, ponen de relieve la tendencia de Téllez a utilizar su plataforma legislativa para ejercer protagonismo, muchas veces sin el debido respeto por los contextos de sus intervenciones, lo que ha generado controversia en varias ocasiones.
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